¿Existe algún rasgo similar entre los asesinos seriales? La psicología ha demostrado que sí; hay factores correlacionados que pueden llevar a una persona a cometer uno de los crímenes más atroces.
En Ecatepec, Estado de México, un sujeto, quien fue detenido junto a una mujer cuando transportaban en una carriola restos humanos, confesó haber asesinado al menos a 10 mujeres. El caso estremeció a todo el país.
Los motivos que llevan a una persona a asesinar pueden ser variados pero la mayoría tienen una fuente: un entorno de vida adverso, en donde los abusos se hacen presentes constantemente y la violencia es cotidiana.
En el caso del llamado “monstruo de Ecatepec”, en una entrevista filtrada, afirmó que comenzó a matar mujeres tras separarse de su esposa, pero yendo más atrás confesó que de niño era abusado sexualmente por una mujer que lo cuidaba, además de que calificó a su madre como una “puta” que sostenía relaciones con varios hombres.
Algunos son considerados como psicopatas, aunque no necesariamente hay un factor de trastorno mental o incluso biológico que los orille a cometer los crímenes pero sí una clara falta de empatía que los lleva a no ponerse en el lugar de sus víctimas.
“Si salgo, de una vez le digo a los patrones (policías), voy a seguir matando mujeres”, afirmó el sujeto de Ecatepec ante el hombre que lo entrevistaba. “Yo estoy bien, lo que hago está bien, yo sólo estoy limpiando el mundo de porquería”, dijo.
Además agregó que que llamó a los familiares de las víctimas para hacerles saber que había disfrutado de haber asesinado a las mujeres. Otro rasgo de los asesinos en serie es que, en la mayoría de los casos, eligen víctimas vulnerables a las cuales pueden manipular fácilmente para hacer mostrar que tienen el control de todo.
El rasgo principal para atraer a sus víctimas es la manipulación y, aveces, hasta la seducción. Esto sirve a los asesinos seriales para generar confianza y acercarse a las víctimas con facilidad sin que opongan resistencia.
Sobre el asesino de Ecatepec se ha dicho que conocía a sus víctimas o que se acercaban a él gracias a la mujer que lo acompañaba a todos lados y era su complice.
Una mujer que concedió una entrevista a BBC, aseveró que ella era “la próxima víctima” del monstruo de Ecatepec pues la pareja se ganó su confianza y días antes de su captura la habían invitado a “tomar algunas cervezas”, pero no fue debido a un problema familiar.
Vecinos del criminal lo describieron como una persona “perfectamente normal”; ninguno de ellos sospechaba que vivían al lado de un asesino serial y precisamente ese es otro de los rasgos de este tipo de personajes: el pasar desapercibidos y no mostrar remordimientos ante la sociedad.
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