Fabrican ladrillos con orina humana

El desarrollo de este ladrillo es una buena noticia para el medio ambiente y el calentamiento global, ya que se fabrican en moldes a temperatura ambiente

La Universidad de Ciudad del Cabo desarrolló, mediante un proceso natural similar al de las conchas marinas, el primer bio-ladrillo del mundo producido a partir de la orina humana.

Suzanne Lambert, estudiante de Ingeniería Civil, la técnica se llama precipitación de carbonato microbiano.

De acuerdo con el estudio, publicado en Journal of Environmental Chemical Engineering, en este caso, la arena suelta se coloniza con bacterias que producen ureasa. Una enzima, la ureasa descompone la urea en la orina mientras produce carbonato de calcio a través de una reacción química compleja. Esto cementa la arena en cualquier forma, ya sea una columna sólida, o ahora, por primera vez, un ladrillo de construcción rectangular.

Lambert asegura que el desarrollo de este ladrillo es una buena noticia para el medio ambiente y el calentamiento global, ya que los ladrillos biológicos se fabrican en moldes a temperatura ambiente.

 “Si un cliente quisiera un ladrillo más fuerte que un 40 por ciento de piedra caliza, permitiría que la bacteria fortaleciera el sólido haciéndolo crecer por más tiempo”, dijo en un comunicado el profesor Dyllon Randall, supervisor de la investigación. Y agregó que “cuanto más tiempo permita que las pequeñas bacterias produzcan el cemento, más fuerte será el producto. Podemos optimizar ese proceso”.

Por primera vez, Lambert usa orina humana real, lo que tiene importantes consecuencias para el reciclaje de residuos y el reciclado. Su trabajo se basa en la investigación fundamental de Jules Henze, un estudiante suizo que pasó cuatro meses trabajando con Randall en este concepto en 2017.

Químicamente hablando, la orina es oro líquido, según Randal, y representa menos del 1 por ciento del agua residual doméstica, pero contiene el 80 por ciento del nitrógeno, el 56 por ciento del fósforo y el 63 por ciento del potasio de esta agua residual.

Alrededor del 97 por ciento del fósforo presente en la orina se puede convertir en fosfato de calcio, el ingrediente clave en los fertilizantes que sustentan la agricultura comercial en todo el mundo. Esto es importante porque las reservas naturales de fosfato del mundo se están secando.

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