Frank Turner: El trovador inglés
La forma en la que este cantante de Wessex llegó a esta posición es poco ortodoxa. Graduado insatisfecho de Eton –la misma escuela de élite de la que los príncipes herederos al trono británico y el actual Primer Ministro, David Cameron, son exalumnos–, Turner se dedicó a ser el frontman de Million Dead, una banda de hardcore punk, la cual dejó intempestivamente en 2005 cuando se dio cuenta que su verdadero llamado era hacer canciones usando solo una guitarra acústica.
Esteban Castro
La forma en la que este cantante de Wessex llegó a esta posición es poco ortodoxa. Graduado insatisfecho de Eton –la misma escuela de élite de la que los príncipes herederos al trono británico y el actual Primer Ministro, David Cameron, son exalumnos–, Turner se dedicó a ser el frontman de Million Dead, una banda de hardcore punk, la cual dejó intempestivamente en 2005 cuando se dio cuenta que su verdadero llamado era hacer canciones usando solo una guitarra acústica.
Luego de tres discos en solitario e innumerables giras (Turner tiene el hábito de llevar metódicamente la cuenta de cuantos conciertos ha dado como solista, a la fecha se aproxima a los mil 400), el éxito por fin llegó con “England Keep My Bones”, un álbum que desde su título sacado de “The Life and Death of King John” de Shakespeare, es una verdadera celebración de la identidad inglesa.
Canciones como la irremediablemente optimista “If I Ever Stray” y “Rivers” –la mejor canción escrita sobre Inglaterra en lo que va del siglo 21, si no me creen solo “googleen” las devastadoras estrofas finales de este tema– aseguraron la presencia de Turner como parte del soundtrack nacional y lo llevaron a ser el artista abridor de la memorable ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Este año, el cantante de 31 años regresa con “Tape Deck Heart”, su nuevo disco en el que intenta cimentar el género que él mismo ha denominado Anglicana, la sobria versión inglesa de canciones que por sus historias encajarían más en la tradición country estadounidense.
El disco abre con “Recovery”, un historia de hedonismo londinense que se contrapone con una animada melodía que sientes ya haber escuchado antes, sin que esto se interponga en la manera en que puedes disfrutar esta canción. Temas como este provocan una devoción absoluta por parte de sus fans, que en sus conciertos corean CADA PALABRA que Frank canta. Es ensordecedor.
“Plain Sailing Weather”, el segundo sencillo del disco, está diseñado para ser cantado por miles de personas en las docenas de festivales que Turner visitará este verano. Un poderoso coro aderezado con un “fuck” bien colocado, siempre será bien recibido por las masas.
Frank Turner es una prueba de que se puede ir a Eton y no perder el contacto con la gente común. David Cameron ya quisiera tener ese mismo carisma.
Álbum recomendado