La NASA lanzó este miércoles, desde Cabo Cañaveral, la sonda Tess, con la cual busca encontrar nuevos mundos alrededor de estrellas vecinas a nuestro Sol, especialmente aquellos que tengan la capacidad de albergar vida.
El Satélite de Estudio Exoplanetario de Tránsito, mejor conocido como Tess, explorará varios rincones del universo durante al menos años, comenzado por las estrellas más brillantes y cercanas en un intento de encontrar e identificar planetas a su alrededor.
Tess inspeccionará ciento de miles de estrellas, con la esperanza de descubrir miles de exoplanetas, planetas rocosos y helados, gigantes de gas y, posiblemente, mundo acuáticos. Súper Tierras y tal vez, incluso, una Tierra gemela.
Pero Tess no buscará vida. No está diseñada para eso. En su lugar, buscará planetas de todo tipo, en especial en esas zonas conocidas como “Ricitos de Oro” o la región habitable cercana a una estrella: una órbita en donde las temperaturas no sean ni muy calientes, ni muy frías, sino adecuadas para albergar agua que dé sustento a la vida.
Los candidatos más prometedores serán estudiados en el futuro por observatorios más grandes y poderosos, incluyendo el Telescopio Espacial James Webb, de la NASA, que está programado a lanzarse en los próximos años para reemplazar al Hubble.
Estos telescopios revisarán las atmósferas de los planetas en busca de cualquier ingrediente para la vida: vapor de agua, oxígeno, metano o dióxido de carbono.
Tess es el sucesor del Telescopio Espacial Kepler de la NASA, que se encuentra en sus últimas etapas después de descubrir algunos miles de exoplanetas durante los últimos nueve años.