Gabo: Cuatro años de la muerte del Coronel
La partida de Gabriel García Márquez el 17 de abril de 2014 representó una de las más grandes pérdidas de la literatura, sin embargo, el “Coronel” quedó atrapado en sus letras, la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y Macondo, un sitio que conquistó el mundo imaginario
Azaneth CruzNació en Aracataca, Colombia, pero desde su llegada a México en 1975, se convirtió en el escritor colombiano más mexicano que la tierra haya dado.
Autor de Cien años de soledad, El amor en tiempos de cólera, El coronel no tiene quien le escriba, El general en su laberinto, Memoria de mis putas tristes, entre otras obras más, Gabriel García Márquez logró consolidarse como uno de los genios literarios más grandes del continente Americano.
De gusto por el realismo mágico, García Márquez consiguió con Cien años de soledad el reconocimiento mundial a sus 40 años de edad.
Dicho reconocimiento hizo que la novela que retrató a Aracataca, bajo el nombre de Macondo, fuera traducido a más de 25 idiomas y obtuviera diversos galardones literarios como el otorgado a Mejor Libro Extranjero, en Francia; el reconocimiento en Chianciano Aprecian de Italia; en 1970, el reconocimiento como uno de los mejores libros del año en Estados Unidos; entre otros más.
Sin embargo, “Gabo”, como sus amigos lo recuerdan, también ejerció el periodismo.
En 1959, el autor de La hojarasca fue corresponsal en Bogotá de la agencia Prensa Latina para informar sobre los acontecimientos en Cuba, donde su labor consistió en informar objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir noticias sobre Cuba para enviar a La Habana.
Tiempo después en 1960, fundó con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza una revista política llamada Acción Liberal, la cual, alcanzó apenas tres números antes de quebrar.
Preocupado por el terreno de la información como amante y profesional de la labor periodística, Gabo creó de la mano de Jaime Abello Banfi y otros personajes del ámbito, la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), la cual continúa hasta la fecha.
De acuerdo con información de la página web de la FNPI, la Fundación organizó desde marzo de 1995 hasta octubre de 2012, 354 talleres y seminarios con 8 mil 835 periodistas de muchas ciudades de América Latina y España.
El legado del colombiano no sólo quedó en los libros, sino en la idea de fomentar el pensamiento crítico dentro del mundo de la información, donde esta da poder a quien la quiere poseer.