Gigante del ritmo
Hay que ser francos. Choche fue una de las personas que ayudó a definir cómo ha sonado México en los últimos 30 años.
¿Tienes en tu cabeza ese constante ritmo de batería que acompaña al 90 por ciento de las canciones gruperas?
Gran parte de esa herencia sonora es culpa de José Luis Villarreal. Si hubiese una clase sobre música grupera, uno de los primeros ejercicios sería analizar la base rítmica de “Que No Quede Huella”, uno de los pilares sobre los que aún hoy se construyen muchas canciones gruperas que suenan en la radio.
Esteban Castro
Hay que ser francos. Choche fue una de las personas que ayudó a definir cómo ha sonado México en los últimos 30 años.
¿Tienes en tu cabeza ese constante ritmo de batería que acompaña al 90 por ciento de las canciones gruperas?
Gran parte de esa herencia sonora es culpa de José Luis Villarreal. Si hubiese una clase sobre música grupera, uno de los primeros ejercicios sería analizar la base rítmica de “Que No Quede Huella”, uno de los pilares sobre los que aún hoy se construyen muchas canciones gruperas que suenan en la radio.
Como el corazón rítmico de Bronco, Choche fue responsable del incremento de popularidad que tuvo la música grupera más allá del norte del país y que hizo posible que la agrupación llenara el Estadio Azteca en su concierto de despedida.
Choche nunca le tuvo miedo ni a las baterías electrónicas –en particular en “Con Zapatos de Tacón”–, las canciones para niños o los trajes gruperos de colores fosforescentes.
A final de cuentas, lo importante era divertirse y divertir a los demás.
Esa predisposición a la fiesta y la diversión está reflejada en el mejor recuerdo en video que dejó el baterista: Su actuación como protagonista del video de “Sergio El Bailador”.
Choche se vuelve un galán ochentero y comanda la pista de baile.
La escena en la que comanda a 10 mujeres en una línea de conga debería de pasar en “loop” en su funeral.
Aún hoy, gran parte de México se mueve en los bailes al ritmo que popularizó Choche.
Ese es un buen legado.