¡Gracias por tu alma de cumbia, Celso Piña!
Celso Piña, quien falleció ayer por un infarto en Nuevo León, dejó una marca trascendental en la música al mezclar diferentes ritmos; el intérprete estaba preparando un nuevo material para celebrar 40 años de trayectoria
Fernanda Muñoz y José Pablo EspíndolaCon 40 años de trayectoria, recorriendo las melodías de la música, principalmente las que emanaban de su acordeón, Celso Piña dejó de tocar, de componer las producciones de vallenato y cumbia que le dieron la vuelta al mundo y por las cuales se hizo de gran relevancia entre sus colegas, amigos y fans que lo siguieron hasta el día de su muerte.
“Papá, te amo con todo mi corazón, fuiste y serás siempre el mejor del mundo, no tengo palabras para expresarlo, no sabes cuánta falta me vas a hacer, pero al final estoy muy agradecida y bendecida con Dios por haberme dado la dicha de estar contigo hasta el último momento. Ahora vas a estar llevando tu música al cielo, a donde te faltaba llegar”, escribió ayer, en redes sociales, Cecilia Piña Ortiz, hija del compositor, tras darse a conocer la noticia de su muerte.
Así como su disquera, La Tuna Group, otras personalidades, como el grupo Kinky y los cantantes María León y Benny Ibarra, e incluso instituciones culturales, se despidieron de Piña, asegurando que se quedan con un intenso vacío, pero con un legado que durará para siempre.
La cantante Leiden, con quien el regiomontano grabó una de sus últimas colaboraciones, titulada “Tu boca”, confesó, en entrevista con Reporte Índigo, que la muerte del compositor le sorprendió, ya que el músico estaba por grabar un disco para celebrar 40 años de carrera.
“Entré en shock y luego me dio una tristeza muy grande, porque he seguido su carrera en los últimos tiempos muy de cerca y me consta lo trabajador que era, él no paraba, viajaba de un país a otro, de una ciudad a otra. Sabía que estaba preparando algo muy grande y de mucha satisfacción, de hecho hoy (ayer) grabaría en el estudio, allá en Monterrey. Él merecía las cosas tan bonitas que estaban por llegarle”, aseguró Leiden.
Fue justamente en Monterrey, Nuevo León, tierra que le dio vida al bien llamado “rebelde del acordeón”, hace 66 años, la misma que lo vio partir, tras sufrir un infarto.
Hace tan sólo un par de días había llegado de Estados Unidos; se reunió con la embajada mexicana en ese país, y dio su último concierto, el pasado viernes 16 de agosto, en el Levvit Pavilion Denver, en Colorado.
“Siempre nos estaba dando sorpresas, si siguiera con vida seguramente hubiera lanzado cosas que nos llamarían mucho la atención y que nos harían ver esa apertura que tenía hacia la fusión de estilos y hacia acercarse a algunos otros que no eran propiamente con los que desarrolló su carrera”, destaca el periodista musical Enrique Blanc.
Para el también crítico de música, Piña tuvo la inteligencia suficiente para poder acercarse a otros estilos y renovar el género de la cumbia, sobre todo con las múltiples colaboraciones que realizó.
“Cuánta polémica levanté en el gremio musical porque tocaba esto (vallenato), me decían que debía tocar los corridos o música norteña, pero no me sentía obligado”, enfatizó el propio compositor, en una entrevista, en 2014.
De acuerdo con Blanc, la carrera de Celso Piña tuvo un giro importantísimo tras el lanzamiento de Barrio Bravo, disco que hizo en 2001, con el cual empezó a colaborar con figuras reconocidas de la escena del rock mexicano y latinoamericano, como Rubén Albarrán, con quien hizo la balada “Aunque no sea conmigo”.
También, destaca la colaboración que hizo en “Cumbia sobre el río”, que para el crítico de música “fue un remolino que seguirá siendo una de esas canciones que bailaremos por muchísimos años”, con la participación de Control Machete y de Andrés Blanco.
Otro de sus proyectos trascendentes en la escena musical es el disco Zona preferente, en vivo desde el Auditorio Nacional, acompañado por figuras de distintos géneros, como Natalia Lafourcade, Pato Machete, Benny Ibarra, Alejandro Lora y Eugenia León, entre otros.
El último canto de Celso Piña
Dentro de sus últimas colaboraciones que hizo, si no es que la última, está la canción de “Tu boca”, que interpretó junto a Charles Ans y Leiden. El tema es una especie de cumbia cachonda, desde una perspectiva femenina.
“Tuve la oportunidad de que lo acercaran a mi música con esta última canción que saqué, que es el primer sencillo de mi nuevo disco. Cuando estaba en el proceso de producción tuve la oportunidad de que se la mostraran y a él le gustó mucho y decidió colaborar y participar con su acordeón”, platica Leiden.
La artista cubana-mexicana asegura que Piña era una persona bondadosa, de gran corazón, sensible, pero sobre todo bastante humilde. “Cuando tuvimos la oportunidad de platicar, me dijo que le había gustado mucho la canción y que le parecía sorprendente conocer a compositoras que defendieran de esa manera sus canciones”.
Celso Piña y Leiden habían platicado las posibilidades de llevar su colaboración al plano de los conciertos en vivo, además de otros proyectos que querían impulsar juntos.
“México gana el legado de un gran músico que llevó el acordeón a niveles inimaginables y que puso en alto el nombre de este país y de su música, para que no quede duda que el mexicano es un ser muy trabajador que lucha de manera apasionada por lo que le gusta y eso es lo que nos queda, gozar con ese legado, porque él lo deja para que nosotros disfrutemos, bailemos y lo recordemos en todas las fiestas”, asegura Leiden.
Celso Piña hizo bailar a García Márquez
Celso Piña, quien se declaró fan del escritor colombiano Gabriel García Márquez, logró tener una relación de amistad con él, pues gracias a diferentes encuentros, intercambiaron palabras y se movieron al ritmo de la cumbia.
En 2003, cuando García Marquez visitó el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), Piña fue invitado para tocar algunas de sus canciones, como “Cumbia Sampoesana”, la cual hizo bailar al escritor. “¡Empezó a bailar, fue muy loable porque me llamó la atención que le gustó lo mío!”, dijo Celso al respecto.
Posteriormente, Nina Zambrano, quien en es entonces era directora del Marco, los presentó. Respecto al encuentro, Celso contó que le dio un abrazo al escritor y le pidió que le firmara uno de sus libros.