Guanajuato vuelve a palpitar con el Festival Cervantino

A pesar de no verse multitudes de personas, como en años anteriores, el Festival Internacional Cervantino arrancó actividades el 13 de octubre, con un aforo del 50 por ciento en sus actividades e invitando a la gente a que se una, de manera presencial o virtual a sus actividades
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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El corazón del centro de Guanajuato volvió a palpitar tras un año de descanso. La pandemia pausó una de las actividades con gran tradición que ya forma parte de la agenda cultural del país: el Festival Internacional Cervantino, “La fiesta del espíritu”.

Pese a cualquier pronóstico, las calles y la arquitectura colonial que embellecen a la ciudad volvieron a estar de fiesta; los empedrados que transportan al pasado, los cuales recuerdan la historia de Guanajuato, sus callejones y plazuelas, llenos de misterios y leyendas.

El 13 de octubre de 2021 marcará, por siempre, un antes y un después para este banquete cultural que empapa al Teatro Juárez, la Universidad de Guanajuato, el Teatro Principal, la Alhóndiga de Granaditas y demás recintos que forman parte de la ruta de turistas que visitan el estado; son ellos quienes nuevamente han podido ser testigos del regreso de eventos artísticos.

Aunque pareciera un escenario irreal, las calles de Guanajuato se observan con poca afluencia de asistentes, al menos, en este arranque cervantino. Las mañanas respiran un aire tranquilo, se puede apreciar, en realidad poca actividad turística y restaurantes a medio aforo. Algunos puestos comienzan a abrir sus puertas, implementando su tapete sanitizado y gel en sus entradas. Sin embargo, poco a poco, las calles van tomando vida.

Mientras las horas del reloj avanzan, camiones de turismo arribaron al centro guanajuatense, autos, micros y taxis marcan el ritmo de la ciudad. Los peatones comienzan a tomar las calles, aunque, a decir la verdad, muchos de ellos no portan el cubrebocas, algunos despistados lo utilizan bajo su nariz, y gran parte de los lugareños y paseantes que llegan en grupo sí lo utilizan correctamente.

El clima y las consecuencias en los cuidados

No está por demás decir que, en esta época, el sol de la tarde y el calor hacen todo un reto portarlo; sin embargo y, pese a que el clima sea factor que complica utilizar el tapabocas, hay gente que sí defiende su uso, como Bertha González, propietaria de un local de turismo que lleva de San Cristo Rey al Cerro del Cubilete, ubicado en el centro de la ciudad, justo en frente de la Alhóndiga de Granaditas.

“La gente ya está cansada también de tantas medidas, sí llega un momento que fastidia el cubrebocas por el calor. Se les hace fácil quitárselo, y uno entiende perfectamente porque antes la gente no creía en el COVID y ahora, aún así, varias personas no lo utilizan, a pesar de que viene gente de afuera, de varias partes del mundo y no hay esa medida que exijan las autoridades y por uno mismo. Incluso en la noche, me tocó ver a varios funcionarios que no tenían su cubrebocas”
Bertha GonzálezComerciante

De acuerdo con Bertha, su negocio sí se vio afectado el año pasado debido a que el Cervantino se realizó de manera virtual, por ello ha vivido toda una etapa de desafíos que, por fortuna, ha logrado superar.

“En marzo del año pasado nos dijeron que ya no podíamos abrir, no nos dejaron. Yo descansé por tres meses, pero sí me las vi muy difícil. Llegó un momento en el que dije ‘ya tengo que abrir’ y en junio empecé a trabajar”, comparte.

Bertha explica que, de un 100 por ciento de la economía, sus ganancias bajaron al 75 por ciento, aún así, pese a todo, estaba convencida de que tenía que trabajar por el bien de su familia.

“No hay de otra, porque el Gobierno nos decía que no saliéramos de la casa, pero no apoyaban con nada, a pesar de solicitarlo, nunca me lo dieron. Ya si me regañan o me van a multar, pues ya ni modo, hasta la fecha no me han dicho nada”, relata.

Como el caso de Bertha, muchos otros locales se vieron afectados, pues la actividad cervantina era un gran impulso para sus negocios. La primera semana de arranque ha sido compleja para los comercios, sobre todo para los que ofrecen tours. En años anteriores se podía apreciar en esta temporada que, incluso, había demanda de camionetas que realizaban recorridos por la ciudad. Las filas, por ejemplo, para entrar al museo de las momias eran infinitas, ahora existe otra realidad.

“Lo que queremos es gente, pero no ha llegado. Pero, por otro lado, no me siento segura, por eso yo no he ido a ningún evento. Cierro temprano mi negocio, la verdad me voy a resguardar con mis hijos a mi casa, pero sí me da miedo. Sí está de pensarse, he pensando en poner nuevamente mis calcomanías de precaución para que pongamos un poco más de seguridad y no acercarnos tanto”, abunda Bertha.

Un panorama distinto en Guanajuato

La ciudad de Guanajuato se enfrenta a un reto sin igual. Gran parte de los locales cuentan con las medidas básicas, gel, toma de temperatura, respeto de la distancia y, a diferencia de años anteriores, no se les han brindado folletos y programas, ahora todo es a través de códigos QR.

Algo tan común como las conocidas “Callejoneadas” aún no reciben a la misma cantidad de visitantes; no obstante, los guanajuatenses no pierden su alegría para invitar a la gente a que se una al recorrido para visitar los rincones más emblemáticos de la ciudad acompañados con canciones tradicionales mexicanas.

El famoso Callejón del Beso no ha recibido a aquellos amantes que esperan refrendar su amor y aprender parte de los más famosos y raros para juntar sus bocas o, en este caso, sus cubrebocas.

A diferencia de años anteriores, no se les han brindado folletos y programas, ahora todo es a través de códigos QR

Y aunque quizá algunas parejas han podido darse ese beso, hay gente que llegó al Cervantino como un regalo de aniversario, es el caso de unos recién casados que viajaron desde Los Cabos, Baja California.

“Hay que activar la economía, la zona de la que venimos es turística, entonces supimos que iban a abrir y venimos, vamos a estar cuatro días. Es muy seguro, las personas son muy amables”, relata el par de enamorados que, pese a estar en pandemia, no perdieron la oportunidad de demostrarse su amor con un beso.

Algo que se vio durante la primera semana del Festival Internacional Cervantino fue que pueden ser tardes muy tranquilas, en las que la gente puede pasear y disfrutar de un cielo azul profundo, comer en espacios abiertos, como se empleó más este año, pero al empezar a bajar el Sol, al hacerse presente la noche, la actividad y la gente comienzan a aparecer. Tal parece que las veladas y la luz de la Luna invitan a vivir la magia cervantina, la cual, poco a poco, toma forma y ritmo.

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