Guillermo del Toro y su influencia en “Historias de miedo para contar en la oscuridad”

No esperes morirte de miedo con esta película, porque no sucederá. Pero, tampoco, esperes una mediocre cinta de terror en la que al final te sientes robado.
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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No esperes morirte de miedo con esta película, porque no sucederá. Pero, tampoco, esperes una mediocre cinta de terror en la que al final te sientes robado.

La historia, escrita por Del Toro, va sin rodeos y al estilo clásico: cuando Stella Nichols encuentra un libro maldito, ella y quienes la rodean comienzan a ser perseguidos por una serie de historias de terror que pasan del papel a la realidad. Con ayuda de un muchacho desconocido, Ramón Morales, tendrá que acabar con la maldición.

De la mano de Guillermo del Toro, el cineasta noruego André Øvredal (The autopsy of Jane Doe, 2016) trae una reinterpretación, y no adaptación como muchos creen, de una serie de libros infantiles escritos por Alvin Schwartz.

LO MEJOR, LA ATMÓSFERA

Øvredal demostró con The autopsy of Jane Doe que es un director que no tiene fallas en cuanto a construir el suspenso. Por medio de elementos fundamentales, como la música, el montaje, el movimiento de la cámara y la planificación de escenas, el noruego vuelve a dibujar y transmitir suspenso con este largometraje.

Las muertes que se ven el filme están precedidas por un suspenso que puede durar un promedio de cinco minutos y el cual desarrolla el clásico in crescendo hasta llegar a un desenlace mortal.

Lo anterior, es ayudado, principalmente, por Guillermo del Toro a través de los escenarios. Y es que no pasa desapercibida su influencia en la estética de la cinta, recordando, sobre todo, a una de sus primeras obras juveniles: Geometría.

Las luces azules, anaranjadas y rojas aparecen en varias de las escenas y se reflejan en los rostros de los protagonistas como si se tratara de Geometría. Además, los guiños al cine clásico del terror descubren la participación de Guillermo en la cinta.

De hecho, no parece casualidad que la protagonista, Stella, sea una amante del terror, los monstruos y lo fantástico. Y, a su vez, sea escritora de historias espeluznantes.

Por esta razón es que la intervención de ambos cineastas da como resultado un buen suspenso a lo largo de la película. Suspenso que además se conjuga con lo fantástico, pues recordemos que los libros están dirigidos a un público infantil, por lo que esa intención no deja de estar presente en el largometraje.

LO PEOR, JUMPS SCARES Y CLICHÉS

Sorprende que estos dos cineastas ocupen un recurso tan pobre y reciclado como lo es el jump scare. Incluso, esto llega a romper el ambiente y lo traslada, por momentos, a una simple película hollywoodense.

Aunque no es desdeñable del todo, el abuso de los jumps scares sí puede ser desesperante, pero, conforme los minutos transcurren también pierden su efecto.

Además, el uso de los mismos no se aprovecha de una manera correcta, por lo que los espectadores pueden caer en el aburrimiento luego de una seguidilla de sustos sin sentido.

Asimismo, los clichés a diestra y siniestra saturan la película. Algunos pueden considerar que se trata de una película que reúne los clichés más famosos del cine de terror, aunque a decir verdad no se percibe tal intención sino una falta de originalidad.

RECOMENDACIÓN

Abierta a una secuela, Historias de miedo para contar en la oscuridad no sobresale, en general, en el género del terror. Aunque, futuramente, podría llegar a considerarse de culto.

De esta manera, la película tiene la sensación de que pudo dar para más, aunque no por ello deja de ser disfrutable.

Si tu objetivo es asustarte, Infierno en la tormenta es una mejor opción; si eres un amante del terror clásico, no te la puedes perder.

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