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Todos han conocido a una persona que nada le parece, todo le disgusta, o bien, a un hater (que odia). Por el contrario, existe otro tipo de persona cuya actitud es totalmente diferente a la de un hater, a ellos se les llama lovers (que aman).
Los lovers siempre ven el lado positivo de las cosas, sin importar las circunstancias.
Todo depende de la personalidad de cada ser humano, de hecho, un nuevo estudio de las universidades de Illinois y de Pensilvania establece que la reacción y actitud de los haters o lovers se determina por la llamada “actitud de disposición”.
Un reporte de esta investigación, publicada en Journal of Personality and Social Psychology, dice que “ese concepto de la actitud de disposición representa una nueva perspectiva en la que las actitudes no simplemente son una función de las propiedades de los estímulos en cuestión, sino que también son una función de las propiedades del evaluador”.
Y agrega que cuando una persona tiene actitud de disposición estará inclinada fuertemente a que le gusten o disgusten las cosas.
Para el estudio, los investigadores analizaron la actitud de disposición de los participantes en relación de objetos variados y que no tenían relación entre sí.
Las respuestas les dictaminaron que hay personas con tendencia a ser haters y otras a ser lovers. Desde que nacen, las personas traen predisposición a ser haters o lovers.
Los haters reaccionan ante los estímulos de manera negativa, y los lovers positivamente.
Tal es el caso de la respuesta y las reacciones que plasman los usuarios de Internet, específicamente en las redes sociales.
Miles de fotografías, memes y campañas se han vuelto virales debido a la respuesta que generaron en los haters, incluso más que en los lovers.
Los expertos señalan que la mayor parte de las veces lo que dispara las respuestas y reacciones no tiene que ver con el post, foto o status, sino que todo depende de la personalidad de quien le gustó o disgustó algo.
De ahí nació el término “haters gonna hate” (o “Los que odian van a odiarlo”).
Cuando se va a publicar algo en la Red que va a ser totalmente criticado o bombardeado de comentarios y reacciones negativas, algunos usuarios se “resguardan” con el “haters gonna hate”, adelantando que sabe el tipo de estímulo que seguramente despertará (negativo o positivo).
Así han surgido memes y una cultura de íconos y lenguaje digital que inunda las redes sociales diariamente.
Pero aún así, el estudio demuestra que pese al contenido que se publique, el que es hater lo odiará. Y al lover le gustará.
El daño que causan los haters
Si una persona no nació hater –o con predisposición a responder negativamente–, es muy probable que tienda a responder cada vez más en forma negativa hacia estímulos nuevos. Inclusive ante personas que acaba de conocer.
Los psicólogos Justin Hepler y Dolores Albarracin subrayan esta teoría en su reporte “Attitudes without objects” y establecen que este fenómeno se da cuando algunas personas –sobre todo en Internet– ya han recibido grandes cantidades de opiniones negativas o de respuestas poco positivas por parte de sus conocidos (u otros usuarios, en el caso de la Web).
En términos de redes sociales, es mucho más común ver reacciones de haters que de lovers, al menos en los foros o sitios que tienen espacios para interacciones públicas, tal como el Muro en Facebook, la Timeline en Twitter o los comentarios en las fotos de las cuentas públicas en Instagram.
Haters y lover dentro y fuera de la Red
Esa cultura de “haters gonna hate” ya sobrepasó la barrera digital y se volvió parte de la sociedad actual. Más allá de que esa frase forma parte del vocabulario colectivo, las reacciones de los haters –y en menor medida de los lovers– se ha vuelto un factor determinante para el tipo de contenido y el autoestima en línea.
Julie Beck, de The Atlantic, menciona en una publicación que si eres irritable y odias a todo el mundo, a todas las cosas y te muestras desinteresado ante cualquier post, meme o foto que se vuelven populares, hay gran probabilidad de que si te presentan o muestran cosas nuevas, responderás de indiferentemente y ese nuevo elemento te disgustará.
En cambio, si todo te hace feliz y eres un total y absoluto lover, estarás abierto a nuevos elementos.
Beck enfatiza que, en el fondo de su corazón, “cada persona sabe perfectamente si es un lover o es un hater”.
Si se toman en cuenta los estudios mencionados, las personas no solamente reconocen qué son (haters o lovers), sino que ahora tienen plena conciencia de que el origen es la personalidad con la que nace cada uno.
Algunos de los elementos que se publican en la Web y que, por lo general encienden la llama de los haters, tienden a ser fotos tiernas, ridículamente cute o bien, imágenes que muestren personas atravesando situaciones vergonzosas, pero con el orgullo en alto.
‘Haters gonna hate’
Esta expresión se utiliza en la interacción en Internet –y ahora en el vocabulario de cada persona–, para identificar el contenido (posts, fotos, memes) que causará críticas severas o que provocará la envidia de otros usuarios.
Según el Urban Dictionary, esta frase también representa “el completo y total desprecio hacia los comentarios negativos” que hacen otros sobre aspectos o detalles propios. Algunas otras definiciones subrayan que la frase utiliza para identificar a los haters, es decir, las personas que tienden a desmotivar y criticar cualquier cosa, sin importar las circunstancias.