Esta es la mejor semana en la historia de nuestro país para ser un fetichista de la década de los 60.
El gran beneficio que nos ha traído el derrumbe de la industria discográfica es que ahora los artistas tienen que salir de sus mansiones y chalets remotos para tocar por todo el mundo. Las bajas en las ventas de discos nos ha traído esta ventaja colateral.
Así es como hemos llegado hasta aquí: Bob Dylan y Paul McCartney tocando en México la misma semana. Por favor alguien revise que en el Palacio Nacional no esté habitando Díaz Ordaz.
Ambos artistas comparten época y estatus, pero sus conciertos no podrían ser más diferentes. El show de McCartney está diseñado para estadios repletos. Una versión similar al espectáculo que ha hecho con “Driving USA Tour” desde 2001. Pero la magia nunca falla.
Cuando tienes en tu arsenal el “na na na” de “Hey Jude” para ser coreado por miles, nada puede salir mal.
Dylan es la mejor banda de bar que te puedes encontrar, una integración provocada por su “Never Ending Tour” (El Tour Sin Fin), gira que ha visto a la banda evolucionar desde 1988. Su show recrea el sonido de la cultura estadounidense del Viejo Oeste. Sus himnos siguen ahí, pero transformados.
Mientras McCartney crea delirio, Dylan crea atmósfera. Pero los dos shows son imperdibles. Es una buena semana para ir a conciertos en México, seas hijo de los 60 o no.