El hombre nunca llegó a la Luna, todo fue un montaje del gobierno estadounidense filmado por Stanley Kubrick. Esa una de las teorías de conspiración más populares, la cual en plena era de la información sigue sumando adeptos. ¿Cómo es posible que ciertas personas aún crean en estas suposiciones?
Como cada 20 de julio, fecha en que se conmemora el aniversario del alunizaje, personas de todo el mundo salen de sus cuevas para pregonar frases como: “La llegada del hombre a la Luna, la gran mentira de los gobiernos mundiales del siglo XX, jamás el hombre visitará la Luna ni ningún otro plantea”.
El origen de la conspiración
Esta teoría ha sido difundida desde la década de los 70, pero fue en 2002 cuando tomó mayor fuerza, tras la emisión del documental Operación Luna, una cinta en la que se sugiere que todo el asunto del alunizaje fue un gran engaño orquestado por las élites occidentales.
El documental incluye entrevistas con funcionarios de ese entonces, como el secretario de Estado, Henry Kissinger; el director de la CIA, Richard Helms; el astronauta Buzz Aldrin; y Christiane, la viuda del legendario cineasta Stanley Kubrick. Una película que se convirtió en la Biblia para algunos.
Sin embargo, este documental francés fue emitido el 1 de abril de 2002, día de los inocentes, además que algunas personas no vieron o no quisieron ver que al final de los créditos queda claro que todo fue una broma y que las declaraciones de los entrevistados habían sido sacadas de contexto.
Aun así, hay personas que aún citan este documental como prueba irrefutable del montaje. ¿Por qué no se ven estrellas en las fotos? ¿Quién grabó el descenso de Neil Armstrong, si se supone que fue el primero en pisar la Luna? ¿Y por qué ondea la bandera?
Puntos que refutan la “teoría”
Como explica la NASA, la luz del Sol reflejado en la Luna es mayor al brillo de las estrellas; nadie grabó el descenso de Armstrong, fue una cámara colocada fuera de la nave; y la bandera no ondea, sino que es sostenida en esa posición por dos mástiles, una horizontal y una vertical.
Si La NASA no ha regresado a la Luna es porque la carrera espacial con los soviéticos terminó hace años, además que su presupuesto se ha visto reducido, a comparación del asignado en 1969; finalmente, la agencia se ha decantado por otro clase de proyectos, varios de los cuales apuntan hacia Marte.
¿Por qué creemos?
Mark Lorch, uno de los divulgadores científicos más importantes de Estados Unidos, atribuye estas creencias a la necesidad del humano de encontrar patrones, incluso donde no los hay, además que la presión hace que algunas personas opten por creer para evitar ser excluidos del grupo.
“Otra razón por la que estamos tan dispuesto a creer en teorías de la conspiración es que somos animales sociales y nuestra permanencia en la sociedad es más importante que tener la razón”, escribió hace tiempo Lorch en el sitio The Conversation.
‘La Tierra es plana, la noción de la esfera es una mentira’, es una de las teorías de conspiración que ha comenzado a tomar fuerza en la red, basta con entrar a YouTube y buscar Tierra plana o Earth flat para recibir decenas de vídeos que explican la ‘gran conspiración’.
“La Tierra es, más o menos, un disco de 24 mil 900 millas de diámetro (…) Las agencias espaciales del mundo están involucradas en una conspiración internacional para engañar al público en pos de vastas ganancias”, declaro hace unos años a la BBC John Davis, teórico de la Tierra Plana.
Lorch señala que el hecho de intentar desmantelar estas teorías, en ocasiones, sólo las hace más fuertes, pues algunos comienzan a preguntarse, ‘¿por qué está persona se esfuerza en decirme esto?, ¿qué gana?, seguro intenta esconder algo’, en lugar de aceptar los hechos.
Gente que vive debajo de la Tierra, reptiles que ronda ocultos como seres humanos, los templarios controlan el mundo y un sinfín de grandes conspiraciones están a un clic de distancia para quien esté en busca de respuestas sobre cualquier problema de la época moderna.
Jan Willem Van Prooijen, profesor de psicología social de la Vrije Universireit en Amsterdam investigó durante seis años distintas teorías de conspiración y a gente que creen en ellas, la investigación arrojó que estas creencias tienen buena aceptación porque llenan un vacío.
Para Umberto Eco, autor del libro El péndulo de Foucault, en ocasiones, las personas que intentan llegar a la verdad por medio de teorías de conspiración, no saben qué hacer o cómo lidiar con ella cuando la tienen de frente, pues lo que las alimenta es la búsqueda y no la verdad en sí misma.
“Un maníaco sexual no quiere sexo, el sexo quiere desearlo, a lo sumo robarlo, y si es posible sin que la víctima se entere. Si le ponen frente al sexo y le dicen Hic Rodon, hic salta, es lógico que huya, si no, qué clase de maníaco sería”, escribió Eco en 1988, en lo que se convertiría sin pensarlo en la antítesis de libros como El Código Da Vinci.
Finalmente, recuerde que cuando quiera ver una gran representación de Kubrick sobre el espacio exterior, siempre estará 2001: Odisea del Espacio.