Este sábado 20 de junio, a las 16.44 horas, inicia la estación más cálida del año, el solsticio de verano, señaló Daniel Flores, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.
El solsticio de verano es el momento en que el Sol aparece, desde la perspectiva de la Tierra, en su posición más extrema al norte de la bóveda celeste
“Si proyectamos el ecuador de la Tierra a la bóveda celeste, tenemos el llamado ecuador celeste, y la trayectoria del Sol que describe en ella es la eclíptica, con inclinación poco mayor a 23 grados con respecto al mismo”, detalló el universitario en un comunicado de la UNAM.
Este sábado es el día más largo del año.
A lo largo del año, los momentos en que el Sol cruza el ecuador celeste (equinoccios) y en el que alcanza las posiciones más extremas sobre el mismo (solsticios).
Flores, encargado del Anuario del Observatorio Astronómico Nacional, y quien desarrolla el cálculo de efemérides astronómicas, precisó que en su “camino” el astro cruza dos veces al año el ecuador celeste: marzo y septiembre, y alcanza su posición extrema, al norte y al sur, en junio y diciembre.
De ese modo, se registran dos equinoccios al año: primavera y otoño, y dos solsticios: verano e invierno, subrayó el experto en movimiento de los planetas, astronomía mesoamericana y meteórica.
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Hoy ocurre el Solsticio de Invierno en el hemisferio sur, dando inicio la Invierno. De aquí hasta el solsticio de verano las noches serán cada vez más cortas. Por esa razón se celebra el retorno del Sol o We Tripantu pic.twitter.com/JSzhncx2nn
— Planeta Errante (@Planeta_Errante) June 20, 2020
La palabra equinoccio tiene que ver con una duración igual del día y la noche, en tanto que solsticio se refiere a un mismo punto donde el Sol surge en el horizonte, mostrándose como detenido: “si observamos a simple vista su salida en el verano o en el invierno, ocurre en el mismo punto durante un mes, aproximadamente”.
Daniel Flores refirió que los solsticios y equinoccios son fenómenos con importancia histórica y cultural, pues las sociedades humanas siempre han observado el trayecto solar, con el que podían regir la vida social y religiosa, además de conducir correctamente los ciclos agrícolas.
En verano tenemos los días más calurosos y en invierno los más fríos, y las duraciones más largas o cortas del día, en cada caso. De acuerdo con esas circunstancias se dio la habitabilidad de los espacios donde se desarrollan las sociedades humanas.