Después de que Carolina Herrera presentó su colección Resort 2020, la firma de origen venezolano se ha visto envuelta en la polémica, al tomar estampados alusivos a lo realizado por artesanos de Tenango de Doria, Hidalgo, además de emular el diseño del sarape, creado en Saltillo, Coahuila.
Ahora, se suma el diseñador Craig Green, quien presentó en Londres prendas “inspiradas” en papel picado.
México está “en boga”, pero esto no tiene satisfecho a los gestores culturales que apoyan a los artesanos y exigen se reconozca su legado artístico, además de que piden que los mecanismos de gobierno los defiendan.
“Me parece que además esto es un ‘tiro en el pie’, para los funcionarios que dicen que van a demandar a Carolina Herrera, pero ¿cómo la van a demandar? Cuando en realidad lo que ha sucedido es que las instituciones no han ejercido sus atribuciones”, dice el investigador Carlos Martínez Negrete.
A raíz de que la marca Carolina Herrera “se inspirara” en diseños de diferentes partes de México, Martínez Negrete interpuso una queja contra el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR), y ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI); de estas instancias sólo respondió la última.
“A mí me sorprendió mucho, que yo lo metí como queja y ellos lo reclasificaron y lo pusieron como denuncia, quiere decir que encontraron los elementos para poder determinar que los funcionarios han sido omisos en la materia conforme a derecho”, agrega.
Reporte Índigo tuvo acceso al documento de respuesta firmado por Carlos Emmanuel Córdova Hidalgo, titular del área de quejas de la Función Pública, en el que el 14 de junio emitió un acuerdo de inicio de investigación, con número de expediente DE-31/2019, por “conductas relacionadas a la negligencia por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial ante actos de utilización, violación y apropiación indebida de diversas obras desarrolladas y perpetuadas a comunidades o etnias de la República Mexicana”.
El día de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó que la Secretaría de Cultura le diera seguimiento y entregara un informe en torno al “plagio de diseños”, como él lo consignó.
“Yo voté por la cuarta transformación, pero estoy decepcionado por lo que ha pasado con el país, yo conocí a Alejandra Frausto en un evento, le explicaron mi trabajo y nunca le interesó escucharme”, expresa Martínez.
La reacción mundial
Fuera de México el tema ha crecido y escalado a los círculos de la moda, donde en Chile, Inglaterra y Francia ya se habla de la apropiación de las marcas, sobre los estampados de pueblos originarios. En Instagram, la comunidad Diet Prada, con un millón 300 mil seguidores, expuso lo que está pasando con Carolina Herrera, Louis Vuitton y Hermès, entre otros, que tomaron los motivos mexicanos. La publicación del 14 de junio, alcanzó los 32 mil likes, e incluso se denunció a otras empresas como Ikea.
“Si tú revisas, la mayoría de los elementos que han plagiado más, son todos los que aparecen en la película Coco, de Disney, que fue lo que igual denuncié en septiembre pasado”, comparte el defensor.
Carry Somers, fundadora de la organización activista por el justo derecho al crédito de las prendas, Fashion Revolution, también se sumó a la indignación internacional, publicando en la página del colectivo el hashtag #GiveCredit, para hacer el reclamo a las trasnacionales. “El patrimonio cultural intangible debe ser protegido y recompensado con justicia”.
Martínez anticipa que de lograrse una sanción por parte del IMPI, sólo sería a nivel local en México, por lo que quedaría pendiente la penalidad legal en el extranjero; sin embargo, la presión europea logró un punto a favor de los Tenangos.
“La sociedad civil organizada en Europa, ya logró que el sillón de Louis Vuitton de Tenangos, lo sacaran de la página de Internet de la compañía, ya no está a la venta”, revela el gestor cultural.
En espera de sanciones
De llegar las penalizaciones legales contra las compañías de diseño trasnacionales, a través del IMPI, Martínez prevé que los pueblos originarios podrían hacer demandas particulares.
“Con que el IMPI infraccione, se reconoce la falta, entonces todo aquel que se sienta afectado por esa falta, va a poder presentar una denuncia penal contra las marcas y las sanciones van hasta por el 40 por ciento de las ventas totales de ese año”, explica el investigador.
Para Martínez está claro el procedimiento, más que hacer una ley, se necesita cambiar el marco jurídico de cómo operan las instancias gubernamentales, ya que requiere actualizar y homologar.
“Las instituciones le han quedado a deber a los pueblos indígenas, hay una indignación porque es un tema mediático, pero no hay una sanción”, precisa.
Escalar a la CIDH
El defensor del arte mexicano indica que según las normativas en vigor, cuenta con las facultades para llevar el caso de apropiación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“La recomendación general 35 de Derechos Humanos, les pide a todos los congresos, y les da un plazo de 45 días, este ya se cumplió, y sólo tres estados de la República han respondido, pero ninguno ha legislado”, aclara.
Al comprobar que el Estado mexicano ha sido omiso, Martínez puede llevar el caso ante la CIDH, lo cual expondría la incompetencia gubernamental de México.
El inicio del proceso
Reporte Índigo tuvo acceso al documento de respuesta firmado por Carlos Emmanuel Córdova Hidalgo, titular del área de quejas de la Función Pública, en el que al 14 de junio se emitió un acuerdo de inicio de investigación, con número de expediente DE-31/2019.