Que se cuiden los doctores, que Internet ahora hasta podría diagnosticar o dar señales de ciertos padecimientos o trastornos, como depresión, dependiendo del uso y la frecuencia con que las personas navegan en la Red.
Un estudio realizado por la Missouri University of Science and Technology, publicado en la IEEE Technology and Society Magazine, dio a conocer que estudiantes con depresión –o que mostraban signos de ello– tienen la tendencia a hacer un uso diferente de la Web, en comparación con los que no mostraron signo alguno.
De acuerdo a la investigación, todas las personas que sabemos utilizar una computadora como es debido, deberíamos de pedir asesoría o ayuda profesional. Sin duda, una aseveración un tanto radical.
Las personas depresivas que utilizan Internet tienden a demostrar “flow duration entropy” (la consistencia del uso de Internet durante ciertos periodos de tiempo, entre menos es, más consistente es el uso), la cual aparece cuando una persona “brinca” entre un chat, juego, e-mail y otras aplicaciones. Esto conduce a una gran dificultad para concentrarse.
Según el National Institute of Mental Health en Estados Unidos, la falta de concentración o la dificultad para conseguirla, también son una señal de depresión estudiantil… que Internet fomenta.
El comportamiento de depresión por Internet incluye el aumento de conversaciones en chats, ver videos, procrastinar y jugar en línea.
La población del estudio constó de 216 universitarios voluntarios de la Missouri University of Science and Technology, a los que se les pidió que llenaran el equivalente al cuestionario del Center for Epidemiologic Studies Depression Scale, con el que se mide, de manera general, la depresión.
El 30 por ciento dio señales de síntomas depresivos (se estima que en Estados Unidos, del 10 al 40 por ciento de los universitarios sufren de estos síntomas).
Después, se monitoreó–sin invadir la privacidad en las cuentas personales de los voluntarios– la actividad que tuvieron en la Red durante el mes en el que se realizó el estudio, y se analizaron las estadísticas entre las evaluaciones de depresión y el uso de datos en Internet.
Entre los hallazgos se encontró que entre más altas eran las puntuaciones en el cuestionario de depresión de un participante, más compartía éste archivos en Internet, tales como los de P2P (música y/o películas).
Phyllis Schumacher y Janet Morahan, ambos psicólogos, dicen que cuando se revisa con frecuencia el e-mail, pueden presentarse altos niveles de ansiedad y desencadenar depresión.
Se han hecho muchos estudios sobre la correlación entre depresión e Internet, pero este es el primero que identifica la relación en cuanto a datos, no solo analiza los cuestionarios.
Se pretende avanzar en la investigación de los efectos que puede causar el uso en Internet, un ejemplo es desarrollar un software para monitorear si la persona presenta signos de comportamiento depresivo mientras navega. Y aún más allá, se busca que este monitoreo llegue a profesionales, en caso de ser necesario.
Algunos lo consideran un poco invasivo, otros una oportunidad de oro al no tener que recurrir a especialistas para tener el diagnóstico adecuado, tomando en cuenta que según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la depresión afecta a 120 millones de personas.