Es difícil tomar en serio a un artista que tiene un signo de dólares partiendo su nombre, pero increíblemente Ke$ha ha logrado sobrevivir los peligros de ser una “one hit wonder” destinada a cantar la “icónica” frase de “Wake Up In The Morning Feeling Like P. Diddy” hasta el cansancio.
Pero más allá del sonido dance de “Die Young”, el primer sencillo de su disco “Warrior” (apúntenlo como fuerte candidato a la peor portada del año), parece que no todo lo que toca está destinado al pop.
Las conexiones rockeras de la artista son bastante inesperadas. La primera señal de esto fue un sentido cover de “Don’t Think Twice, It’s All Right” de Bob Dylan, versión que aparece en una compilación de Amnistía Internacional y en donde la cantante demostró que tenía una sensibilidad fuera del pop aún por explorar.
Su nuevo álbum, cuya preproducción incluye sesiones con Wayne Coyne de The Flaming Lips, contiene la participación de Patrick Carney de The Black Keys, quien toca la batería en “Wonderland”. En “Only Wanna Dance With You” aparecen dos Strokes: Julian Casablancas y Fab Moretti.
El sonido neoyorquino que la banda le impregna a la canción es simplemente innegable. Definitivamente The $trokes.
Pero la joya de colaboraciones en “Warrior” es “Dirty Love”, un track en donde Ke$ha hace dueto con alguien también famoso por su libertinaje: Iggy Pop, quien suena rejuvenecido en el extraño track.
Parece que debajo de todos los beats creados por Max Martin y Dr. Luke se esconde una mujer deseosa de estar al frente de una banda de rock.
