La música electrónica es una escena muy fuerte en la CDMX, desde los años 80 a la par que otras grandes ciudades se desarrolló una cultura que se extendió por todo el mundo y que da lugar a grandes festivales.
Hoy muchos van a festivales como EDC o Tomorrowland, o son fans de los dj’s más famosos de la elite electrónica.
Sin embargo, hay creadores y seguidores que se mantienen fieles a la esencia underground que vio nacer a esta cultura y que hasta el momento por el gusto de hacer música, abren espacios en la capital del país.
Para Erik, conocido en la escena como Grik Black la historia comenzó como la de cualquier melómano, una grabadora regalada por su abuela, que lo introdujo en las estaciones que llegaron a especializarse en ese concepto electroacústico.
Con el tiempo y con la ayuda de la tecnología Grik Black comenzó a mezclar sonidos, crear un concepto experimental, que diera vida a sensaciones distintas.
El primer trabajo profesional musicalizó un cortometraje, esto llamó la atención de Erik, para comenzar a crear y tener un set listo, que no sólo pudiera bailarse, sino que estimulara sentidos.
Poco después, se aventuró a la creación analógica, la cual ya incluye sintetizadores, tornamesas de vinyl, e infinidad de equipos los cuales permiten iniciar una creación mas pura.
KGB la electrónica audiovisual
Para complementar los sentidos, Grik Black contó con el acercamiento de dos compañeros de trabajo, a quienes les gustó su música, y ellos como especialistas en diseño y video le apoyaron para crear el concepto de KGB, donde hay proyecciones que se adaptan al sonido que generan una atmósfera para el público.
Dadomanías ya había colaborado antes con otros artistas en diseño y visuales para artistas de música independiente en México, su pasión por dibujar y diseñar lo llevó hasta los videoclips, donde tomó el gusto por complementar la música con visuales.
Cada vez se fue haciendo más grande la cadena, y con lo aprendido en cursos y otros contactos lo llevaron a colaborar con Grik y Konejo, poniendo imágenes acordes a las sensaciones que al le transmite la electrónica.
“El hecho de que escuches una buena composición electrónica y al mismo tiempo le des un buen visual, complementa los sentidos”, dice Dadomanías.
Para Dadomanías existen muchos artistas que se encuentran en la búsqueda de espacios para transmitir su trabajo al público, combinando muchas expresiones, y esa misma gente va abriendo espacios.
Juan Carlos Bautista conocido también como Konejo Bautista es editor de video y conoció a Erik en las jornadas laborales, conjunto a su pasión por la música decidió apoyar al naciente proyecto de KGB, él comenzó como editor de video donde encontró que el arte visual puede hacer todo posible.
Los videos muscales, fueron parte importante para que Konejo empezara a interesarse por darle algo visual a las propuestas musicales, poco después, la música electrónica le dio más facilidad para desarrollar sus aptitudes.
Ver a Fatboy Slim en vivo y los visuales que complementaban sus presentaciones, le dieron el inspiración a su trabajo.
Ambos coinciden en que la parte visual se toma como un complemento sin embargo es parte misma de la música, porque amplifica los sentidos y hace más disfrutable las presentaciones.
El undergound, ecosistema de artistas independientes
Desde que nació la música electrónica se movió en el underground, ese mundo de donde llegó el punk, el postpunk, y gran parte del rock, es decir, lleva en su esencia gran parte de la contracorriente, rompiendo a su manera con la academia y la ola pop de los 70 y 80.
Poco después de su nacimiento diversos artistas y creadores la llevaron a las discotecas y a la academia misma, como sucedió en México con el orquestador Héctor Quintanar Prieto y el especialista en sonido Raúl Pavón quienes fundaron el Laboratorio de Música Electrónica.
Como pasó con el rock y el punk, la escena se fue masificando llevando a gente a los grandes festivales, a los dj’s a los lugares más selectos, a tocar para diversas elites. Sin embargo aun existen los lugares donde se improvisan las presentaciones, donde no hacen falta los grandes escenarios, y donde el disfrutar la música se convierte en algo más íntimo, esta escena es donde Grik, Konejo y Dadomanías disfrutan compartir su trabajo.
Para Konejo la escena underground es más que un inicio para muchos artistas, mas bien es un lugar donde se desenvuelve el trabajo de una forma más personal, “hacer lo que a ti te gusta y no preocuparte tanto por lo que les gusta a los demás”.
Los lugares para la música electrónica underground no son fijos, se van abriendo, como colectivos culturales, edificios ocupados, a veces bares emergentes, donde los artistas hacen una propaganda entre amigos, en redes sociales, donde no hay cover o se cobra un poco sólo para pagar el espacio o renta de equipo.
Hay ocasiones en las que por leyes o continuidad los lugares cierran, pero cada vez se van abriendo más y aunque hayan distintos colectivos o artistas en un mismo día, sirven para que la gente vaya encontrando sus propio gusto, con la finalidad de que se acerquen al arte.
Konejo, Grik y Dadomanías han logrado entrar en este terreno y los tres piensan que lo importante no es darse a conocer, sino que la gente sepa que no necesitas grandes recursos para crear, para generar ambientes donde el público se sienta cómodo disfrutando de la música electrónica hecha en México.