La ciencia del (mal) sueño
La comunidad médica sigue estudiando los posibles trastornos que ocurren al pasar una mala noche de descanso; ahora un nuevo estudio de la Universidad de Arizona señala que el hábito de dormir poco junto con el consumir comida chatarra en horas nocturnas podría causar diabetes y problemas crónicos
Hidalgo Neira¿Eres de aquellos que les gusta hacer un asalto al refri en la medianoche? ¿Duermes poco y de pronto te atrae la idea de cenar un bocadillo chatarra? ¿Esto te hace desear volver a la cocina al poco tiempo y seguir la gula nocturna?
Los hábitos de una alimentación nocturna, en conjunto con un sueño deficiente y comida altamente calórica, pueden devenir en problemas de salud crónicos como diabetes y obesidad, según presenta un estudio de la Universidad de Arizona (UA) recién publicado.
En el marco de la trigésima segunda reunión anual SLEEP 2018, en Baltimore, de la Associated Professional Sleep Societies LLC (APSS), una organización conjunta de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño, se presentó esta investigación en la que participaron más de tres mil estadounidenses.
A los participantes se les preguntó si consumían habitualmente un refrigerio nocturno y si la falta de sueño les llevaba a desear la comida chatarra. También se les preguntó sobre la calidad del sueño y los problemas de salud existentes.
Cerca del 60 por ciento de los encuestados confesaron ir tras bocadillos nocturnos y dos tercios dijeron que a falta de sueño eso los hizo desear consumir comida chatarra.
“Los estudios de laboratorio sugieren que la privación del sueño puede llevar a antojos de comida chatarra por la noche, lo que lleva a un aumento de peso. Este estudio proporciona información importante sobre el proceso, estos hallazgos de laboratorio pueden traducirse en el mundo real”, aclaró Michael A. Grandner, profesor asistente de psiquiatría de la UA en el portal académico de la institución escolar.
México no es la excepción
Especialistas del país en salud del sueño precisan que los mexicanos también son víctimas de esta propensión a la obesidad debido al dormir sin descanso, por lo que es necesario atender este mal.
“Tener un trastorno de sueño estimula más la alimentación con la intención de mantenerse alertas, la búsqueda del alimento aún habiendo comido en horarios adecuados es un elemento persistente cuando hay esta alteración del sueño. Debemos considerar que si hay sobrepeso, entonces se desarrollarán trastornos del sueño”, explica el doctor Reyes Haro Valencia del Instituto Mexicano de Medicina Integral de Sueño (IMMIS).
“Estando con la restricción de sueño ¿Qué es lo que quieren desayunar los niños? ¿Va a querer el huevo que le acaban de guisar a la mexicana o va a querer esas hojuelas de maíz escarchadas de azúcar? Evidentemente sabemos la respuesta”, precisa Rafael Santana Miranda, doctor responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.
Dormir mal y comer mal: repercusión en la salud
Qué es primero, el mal sueño o el comer de manera deficiente? Para Haro Valencia son situaciones que están ligadas y deben ser atendidas por igual, ya que cerca del 60 por ciento de hombres y el 50 por ciento de mujeres en la Ciudad de México presentan apnea de sueño, según el estudio Prevalencia de síntomas relacionados con el sueño en cuatro ciudades de América Latina.
“Hay una relación muy clara, esto es recíproco y todo depende de en qué momento surgió el sobrepeso y la obesidad, la historia personal en cuanto a este problema de salud pública. Si subieron de peso primero vienen los trastornos del sueño y si hay un trastorno de sueño o un descuido de creer que con cuatro horas durmiendo funciona bien el organismo, eso desarrollará sobrepeso”, argumenta el especialista del IMMIS.
Para evitar este tipo de problemas crónicos Santana Miranda indica que se debe dormir lo necesario, ni de más ni de menos ya que esto traerá obesidad eventualmente.
“Tenemos que considerar el sueño como un recurso indispensable en el tratamiento de la obesidad, yo creo que sería el punto más relevante. Sí tiene que ver con la dieta, sí tiene que ver con la actividad física, pero los detonantes al parecer están implicados en la restricción del sueño o trastornos que están modificando nuestro dormir”, puntualiza el médico de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.
El trabajo incrementa el problema
Por su parte Santana Miranda alerta sobre que las amplias jornadas laborales también han hecho que los hábitos alimenticios cambien, ya que la ingesta de estimulantes del sistema nervioso como cafeína, tabaco y bebidas carbonatadas deterioran el organismo, inclusive llegando al abuso de otras sustancias.
“El que debe sueño lo primero que busca es un café en la mañana, y en la tarde buscará un refresco de cola y lo acompañará de un cigarro y si tiene que prolongar –como hoy en día se están prolongando los turnos de trabajo– pues va a buscar un Red Bull pero si es un operador de un trailer, pues tal vez un Red Bull ya no es suficiente y va a buscar alguna otra droga –llámese cocaína, anfetamina– que lo mantenga despierto”, comparte el doctor de la UNAM.
Reparando el sueño perdido
Para los interesados que deseen corregir sus conductas nocturnas pueden recurrir a:
Clínica de Trastornos del Sueño UNAM
5623 2690
Facebook: @biendormirUNAM
Instituto Mexicano de Medicina Integral de Sueño
4173 2160
Facebook: @institutomexicanodesueno