La fiebre del cuerno

Por el equivalente a 80 dólares, hace unas semanas un guardabosques mozambiqueño permitió prácticamente la extinción del rinoceronte negro en ese país africano. Con esa módica “mordida”, cazadores ilegales pudieron dar con el último animal de su especie que se mantenía en cautiverio en la Gran Reserva Niassa, al norte de Mozambique. 

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Rinocerontes cazados ilegalmente en lo que va de 2013 en Sudáfrica (en 2012 la cifra llegó a 668)
http://www.youtube.com/watch?v=57Xank2C86E

Por el equivalente a 80 dólares, hace unas semanas un guardabosques mozambiqueño permitió prácticamente la extinción del rinoceronte negro en ese país africano. Con esa módica “mordida”, cazadores ilegales pudieron dar con el último animal de su especie que se mantenía en cautiverio en la Gran Reserva Niassa, al norte de Mozambique. 

La caza furtiva de rinocerontes es un negocio redondo. Según la agencia AP, guardabosques de esta área del continente africano reciben en promedio entre 64 y 96 dólares mensuales como “cuota” por llevar a los cazadores con su presa. En cambio, ellos pueden cobrar cientos de miles de dólares por la venta ilegal de cuernos de rinoceronte.

Para poner en perspectiva el tamaño de ese mercado negro, alimentado por la supersticiosa demanda asiática, autoridades en Vietnam anunciaron este lunes la detención de un hombre que llevaba más de 7 kilos de cuernos en dos maletas. ¿El valor estimado? Al menos 365 mil dólares, unos 25 mil dólares más que su equivalente en siete barras de oro de 1 Kg.   

Esta fiebre del cuerno de rinoceronte ha provocado el alarmante incremento de la caza furtiva en la zona. Tan solo el año pasado en Sudáfrica cazadores mataron 668 animales; en lo que va de 2013, la cifra asciende a 273.  

El problema es que en países como Mozambique y otros más en la zona, la matanza de vida salvaje y su comercio ilegal, en donde se incluye también al colmillo de elefante, son considerados delitos menores.

¿Quién los defenderá ahora?

Ante la falta de castigos más severos, la extinción del rinoceronte negro, una de las cinco especies de este animal que se encuentran vulnerables o en peligro según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, activa las alarmas de organismos dedicados a su preservación. 

El problema es que una de sus heroínas, Anna Merz, la conservacionista de rinocerontes más prominente de la historia, falleció el 4 de abril pasado a los 83 años de edad. 

Como legado, Merz dejó más de 70 rinocerontes negros en el safari Conservación de Vida Salvaje Lewa, una reserva de tierra de más de 24 mil 600 hectáreas en Kenia. 

Desde que abrió sus puertas en 1981, la reserva administrada por la extravagante mujer británica ha inspirado a otros esfuerzos de conservación en el continente africano. Según un perfil realizado por The New York Times, Lewa ha ayudado a que se duplique la población de rinocerontes negros en el continente. 

Se estima que actualmente quedan alrededor de 4 mil 880 de estos animales, cifra muy lejana a los millones que solían caminar por esas tierras. 

Sin embargo, de no ser por el trabajo de personalidades como Merz, hoy estaríamos hablando no solo de la extinción del rinoceronte negro en Mozambique, sino de toda su especie en el mundo. 

Aunque se puede argumentar que la extinción de las especies es algo que naturalmente pasa, en este caso se tiene identificado que el culpable es la ignorancia del hombre. 

Las ‘propiedades’ del cuerno

En países asiáticos como Malasia, Corea del Sur, India, Vietnam y China, se cree –erróneamente– que el cuerno de rinoceronte tiene poderosas propiedades curativas. En la medicina tradicional china, el cuerno es afeitado o molido en polvo y disuelto en agua hirviendo para tratar fiebre, reumatismo, gota y hasta para curar posesiones por el demonio. Se cree que también cura mordeduras de serpientes, alucinaciones, dolor de cabeza, fiebre tifoidea, intoxicaciones alimentarias y vómitos. Los cuernos de rinoceronte se componen en gran parte de proteína de queratina, que es el principal componente en el cabello, las uñas y pezuñas de los animales. Por ignorancia se ha difundido la errónea idea de que también es usado con fines afrodisíacos.

Salón de la Fama de la Conservación

Las cuatro ‘conservacionistas’ más prominentes de la historia, conocidas por estudiar y defender a estos animales:  

> Joy Adamson | León 
Mejor conocida por hacerse cargo de Elsa la leona, historia que se llevó a la pantalla grande como “Born Free” (1966), película que ganó un premio de la Academia.  

> Dian Fossey | Gorila
Estudió por más de 18 años el comportamiento en grupo de los gorilas. Fossey fue trágicamente asesinada en 1985, caso que se mantiene abierto.  

> Jane Goodall | Chimpancé
Es considerada la experta en chimpancés y 45 años de experiencia la respaldan. La única que se mantiene con vida.  

> Anna Merz | Rinoceronte
Nadie ha convivido tan cerca con los rinocerontes como lo hizo ella. Como legado, ayudó a duplicar una de sus especies. 

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