La gramática también afecta

Las palabras también tienen peso en el medio ambiente.

De acuerdo con un análisis hecho por investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder, las expresiones de la prensa sobre el cambio climático varían dependiendo del país, y estas podrían tener un impacto en las acciones para contrarrestar el fenómeno. 

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Las palabras también tienen peso en el medio ambiente.

De acuerdo con un análisis hecho por investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder, las expresiones de la prensa sobre el cambio climático varían dependiendo del país, y estas podrían tener un impacto en las acciones para contrarrestar el fenómeno. 

En naciones como Estados Unidos y Reino Unido los diarios suelen ser más relativos y escépticos, mientras que los periódicos de hablahispana tienden a emitir mucho menos dudas sobre la ciencia del clima, explica Adriana Bailey, autora principal del reporte “Cómo la elección gramatical da forma a las representaciones mediáticas de la (in)certidumbre climática”, publicado el pasado 4 de mayo. 

Para llegar a esta conclusión, Bailey y su equipo utilizaron una técnica de análisis lingüístico que consistió en examinar artículos de prensa para contabilizar los “marcadores epistémicos”, definidos como “cualquier palabra o expresión que deje lugar a dudas sobre la ciencia del clima”, por cada 10 mil palabras.

EU vs. España

Después de haber estudiado la cobertura que los diarios estadounidenses The New York Times y The Wall Street Journal le dieron a los reportes de 2001 y de 2007 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, en contraste con los artículos de los españoles El País y El Mundo, los investigadores encontraron que el escepticismo fue mucho mayor en los medios de EU.

“La densidad de marcadores epistémicos en los periódicos de Estados Unidos superó significativamente la densidad de marcadores epistémicos en los periódicos españoles, tanto durante 2001 (189 vs. 107) y 2007 (267 vs. 136)”, precisa el documento.

Estos marcadores incluyen adverbios como “probablemente” y “no necesariamente”, verbos como “seguiría” y “podría”, adjetivos como “debatido”, construcciones idiomáticas como “se queda corto”, además de palabras clave como “controversia”. 

A pesar de que cada vez hay mayor consenso científico de que las actividades humanas modifican el clima global, agregó Bailey, el uso de estas expresiones se mantuvo igual o aumentó con el tiempo.

Las posibles explicaciones para esta tendencia, según el estudio, van desde la política económica capitalista hasta las presiones periodísticas.

Los investigadores plantearon al final que comprender la incertidumbre que provoca este tipo de lenguaje es crítico para dilucidar los obstáculos que impiden tener debates informados, realizar acciones apropiadas y crear políticas públicas para combatir los efectos del cambio climático.

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