En el siglo XVII comenzaron los viajes de expedición europea hacia América, África, Oriente y las islas del Pacífico por razones comerciales y militares; sin embargo, dentro de las tripulaciones se encontraban científicos, quienes hicieron observaciones oceanográficas, geológicas, botánicas, zoológicas y etnológicas, además de contribuir a despertar el interés de las potencias europeas por las riquezas naturales.
De lo anterior se habló en la conferencia Viajeros científicos, organizada por Luis Fernando Lara y Antonio Lazcano Araujo, integrantes de El Colegio Nacional (Colnal). “Hemos convocado a esta mesa redonda para discutir sobre las personalidades, absolutamente excepcionales, de Aimé Bonpland y Alexander von Humboldt. Estos dos grandes investigadores se llevaron en sus viajes partes de México no sólo en las plantas, sino en el corazón mismo”.
Edna Suárez, investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, explicó el papel que han jugado los viajes para el desarrollo de la ciencia y aclaró que actualmente la globalización e internacionalización de la ciencia es fundamental para su desarrollo.
La historiadora de la ciencia además subrayó la importancia de los trabajos realizados por los primeros científicos viajeros al tener un papel fundamental en el proceso de “globalización temprana” utilizando al viaje como herramienta para comprender la interrelación entre sistemas de conocimiento.
Por su parte, el doctor Cedric Cerruti, integrante del Centre de Recherches en Histoire Internationale et Atlantique de la Universidad de La Rochelle en Francia, recordó los problemas que tuvo Bonpland con von Humboldt debido a su obra en botánica.
Jaime Labastida, integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, aclaró que Bonpland era un buen científico en el campo, pero en el trabajo de escritorio era algo deficiente y ese fue un problema con Humboldt, quien era un hombre cosmopolita que estaba a favor de difundir el conocimiento.
Respecto a la acusación de que le proporcionó el mapa al presidente Thomas Jefferson para permitir la invasión de Estados Unidos a México, la calificó como una estupidez al puntualizar que Humboldt ya había hecho público el mapa en el Atlas Geográfico y Físico de la Nueva España con anterioridad.
“Humboldt se interesó tanto en los asuntos naturales como en los sociales. No solamente es un naturalista, es también un investigador social. Siempre le preocupó la forma artística de la expresión científica. Unió el arte y la ciencia y su obra es una unidad coherente de belleza y de rigor y por eso sus ensayos no pueden separarse de los aspectos plásticos que la forman”, comentó el escritor.