La impunidad entre nosotros

Los protagonistas de Sicario: día del soldado hablaron de cómo en la ficción se presenta parte de la realidad que ocurre entre la frontera de México y Estados Unidos, donde ambos gobiernos se eximen la culpa sin hacerse responsables
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_3crp1vuj” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] Estados Unidos se ha vuelto un vecino incómodo desde que Donald Trump está en la silla presidencial de la Casa Blanca, su administración hace lo posible por denigrar a los inmigrantes desde este lado de la frontera y amenaza además con la política de erigir un muro.

A poco más de un año de haber iniciado su mandato, llega una historia audiovisual en la que se retrata el paso del migrante a la Unión Americana y cómo es que este salto ilegal de México hacia Estados Unidos es controlado por los cárteles nacionales.

Con la secuela Sicario: día del soldado, se visita nuevamente la línea fronteriza, ahora específicamente entre Texas y Tamaulipas, donde el Cártel de Matamoros teje sus redes criminales y el gobierno estadounidense busca mantenerlo a raya.

En entrevista para Reporte Índigo, Josh Brolin habla de cómo en esta narrativa fílmica se lleva la realidad a la pantalla en donde ambos gobiernos se lavan las manos al momento de ir tras los culpables y cómo esto no dista tanto de la realidad.

“Sabemos que esto pasa, esto es nuestro manifiesto ficcionado de lo que ya sabemos que pasa, pero no hemos tomado una historia que está probada totalmente para ser verdad y hacerla un documental, esta es una historia que Taylor Sheridan escribió tempranamente con Sicario, basada en mucha información que su hermano que trabaja en el ejercito tenía y sus amigos cuando vieron la primera dijeron ‘hay muchas precisiones’, estamos trayendo eventos actuales de nuevo a la vida en un asunto de ficción”, enuncia Brolin.

Sicario: día del soldado llega a los cines el 29 de junio, la cual fue filmada en algunas locaciones de la Ciudad de México como el Centro Histórico y Santa Fe, donde ocurre un secuestro perpetuado por el gobierno estadounidense haciéndole creer a los narcotraficantes del país que el responsable fue el Cártel de Matamoros.

Sí a legalizar las drogas

En un claro español con acento puertorriqueño, Benicio del Toro rcuerda todas las muertes que se han ocasionado por el narcotráfico em ambos lados de la frontera.

“Yo tiendo a pensar que se debería legalizar, pero no todas las drogas son iguales, se convierte la contestación un poco más gris, no es ni blanco ni negro, entonces creo que hay que buscar cómo organizar un plan para empezar a legalizar”, comenta Del Toro.

Brolin secunda la idea de su compañero, recapitulando que la guerra antidrogas que impuso Richard Nixon en su presidencia en los 70 no sirvió para nada.

“En Estados Unidos es donde están los consumidores, somos un problema masivo, somos la completa creación del problema (…) es un problema mexicano-estadounidense, además de otros países, no diré nada definitivo como la legalización es el camino a seguir porque no lo sé no soy político, pero en mi opinión es sí”, expresa el actor.

El muro absurdo

Del Toro no le encuentra una razón a que Trump esté despotricando en torno a hacer un cerco entre México y Estados Unidos, además de que desconoce si esto pueda servir de algo.

“La idea de hacer la muralla esa es una idea un poco rara, hacerla y esperar que México la pague, no creo que tenga mucho sentido, tampoco sé si la muralla funcione para nada, pero eso no se sabe a menos que se haga. Yo lo veo de esta manera: si tú y yo somos vecinos y tú quieres hacer una muralla en tú casa, con que no me tapes el Sol, es tú derecho, ahora no esperes que yo la pague”, argumenta.

Sobreviviendo a Trump

Para Brolin es claro que se está pasando por un momento incómodo en la Unión Americana, se tiene a un presidente que adora la demagogia y ser el centro de atención, por lo que él espera que pronto pase su mandato y sigan adelante para construir puentes entre las naciones.

“Cuando alguien es tan cándido y definitivo como nuestro presidente, bueno hay mucha gente allá afuera así y les gusta esa actitud de ‘voy a hacer esto y no me voy a detener’, pero luego llega un punto en el que ya eres incapaz de escuchar la realidad, o de lo que se hace o se dice, creo que sobreviviremos esta administración, así me siento, no creo que sea buena en mi opinión personal”, admite.

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