La nueva película de Tom Hanks que es mediocre

Cinéfilo: mi opinión vertida en La Cinemágora no representa la perspectiva del medio. La crítica de la nueva película de Tom Hanks NO TIENE SPOILERS

Cuando hablo de Tom Hanks como un actor consolidado considero que los proyectos que selecciona mantienen cierto estándar que está determinado por su trayectoria. Pese a que en contadas ocasiones Hanks se aparta del típico personaje bonachón, la mayoría de las veces el artista estadounidense opta por películas que mantienen cierta similitud con sus trabajos anteriores.

Este es el caso del nuevo largometraje en el que participa. Greyhound es una cinta de carácter bélico que, como casi siempre, pondera el espíritu patriótico de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Y, a manera de la tradición cristiana, se encasilla como una lucha de buenos contra malos.

El filme se estrenó el pasado 10 de julio en Apple TV+ y está dirigido por el cineasta nacido en Illinois, Aaron Scheneider, quien es reconocido por debutar, en 2009, con elogios de la crítica con su película Get Low.

Prácticamente, se trata de una película de Tom Hanks porque fue él quien escribió el guion en 2016. Y un año después ya tenía a Scheneider para dirigir el proyecto que se rodó a bordo del  HMCS Montréal, una fragata de la Marina Real Canadiense. La historia está basada en el libro El buen pastor de C. S. Forester.

¿DE QUÉ VA?:

Durante los primeros días de la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, un convoy internacional de 37 barcos aliados, encabezado por el comandante Ernest Krause, cruza el Atlántico Norte mientras es perseguido por submarinos alemanes.

LO MALO: CLICHÉ EXCESIVO

Lo que invade a Greyhound es lo que le resta calidad respecto a su carácter cinematográfico. La invasión del cliché. Esta propiedad negativa es lo que abunda groseramente durante los 90 minutos de la película e incluye la actuación de Tom Hanks.

Así, identifico dos maneras en las que el cliché excesivo está presente dentro de la cinta de Aaron Scheneider: por una parte la típica exacerbación del patriotismo norteamericano y por otra la repetitiva y mediana actuación de Hanks.

Greyhound se desarrolla a bordo de una embarcación que sufre los embates de varios submarinos alemanes. Todo ello bajo el lente de que los liderados por Hitler eran diabólicos y los estadounidenses salvadores del mundo.

Al dejar a un lado el discurso de una batalla de buenos contra malos y entender que se trataba de un conflicto de enemigos, Greyhound se queda como una simplona propaganda sentimentalista sobre la valentía imaginaria de los norteamericanos.

Ese cliché tan explotado, y hasta afianzado en el género bélico, está muy presente en la cinta escrita por Tom Hanks. Desde el inicio nos presentan al protagonista, el Comandante Ernest Krause, quien es un solitario devoto religioso y a la vez un amante de su país.

En medio de la Segunda Guerra Mundial, Ernest Krause es un personaje cliché. No tiene defectos ni debilidades, todo lo contrario. En el conflicto, el comandante sobresale por su valor y audacia para combatir al enemigo alemán.

Lo anterior es alimentado por el cliché de la actuación de Tom Hanks, quien invariablemente interpreta a personajes similares: redentores, amables, mansos pero valientes. Con ello, el actor confirma su zona de confort que no le exige grandes emociones.

De hecho, el Comandante Ernest Krause pareciera la combinación del capitán Sully (2016) y el capitán Phillips (2013) en cuanto a su carácter de líder amoroso que se convierte en salvador de su tripulación.

Es como si uno de los muchos personajes que Tom Hanks interpretó en el pasado hubiera sido colocado en esta película. La diferencia no es notable y convierte al largometraje en una propuesta mediocre.

Además de este cliché con dos vertientes, Greyhound es demasiado técnica. El objetivo de ello es imprimir veracidad al lenguaje de los tripulantes en cuanto a términos marítimos que muy pocos espectadores podremos entender.

Aunque esto se valora, lo cierto es que el filme no es más que una anécdota bélica sin trascendencia. No tiene profundidad y por momentos solamente se centra en los encuentros violentos como oportunidad para presumir el desempeño de los norteamericanos.

LO BUENO: ACCIÓN

Por sus elementos negativos, no tomé a Greyhound de Aaron Scheneider como un filme que aportaría algo al cine. Con ello en mente, me dispuse a disfrutarla como una película de entretenimiento y acción pura.

De esa manera, la cinta se disfruta por su carácter marino ya que el 99 por ciento se desenvuelve a bordo de un barco sin que esto sea cansado. Se agradece, de hecho, que el director haya tenido la habilidad de mantener un ritmo interesante en su propuesta.

Por último, la fotografía es buena y se apoya en los colores fríos de su ambiente para resaltar la soledad del protagonista con planos aislados.

*Recomendación: 3.5 estrellas de 5 (Anecdótica pero mediocre, no te pierdes mucho)

*Plataforma: Apple TV+

*¿Qué otra película histórica recomiendas?

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