El estudio pronostica la desaparición de casi el 35 por ciento de los trabajos en Reino Unido y 47 por ciento en Estados Unidos
El miedo de que la mecanización nos quite nuestros empleos no es nada nuevo; en el siglo 19 los trabajadores textiles en Reino Unido protestaron en contra de las máquinas que amenazaban con automatizar su labor y, más recientemente, en los 80, sindicatos editoriales se manifestaron en contra de la introducción de las computadoras.
Sin embargo, la preocupación de que la combinación entre la inteligencia artificial, que puede hacer inferencias lógicas sobre sus alrededores y experiencias, y la cada vez mejor robótica, borre por completo áreas enteras de trabajo y rediseñe la sociedad, va en aumento.
La firma financiera Merril Lynch publicó un reporte de 300 páginas que analiza los posibles efectos de una revolución robótica. Las conclusiones son, en gran medida, preocupantes.
El estudio pronostica la desaparición masiva de empleos a causa de la automatización: casi el 35 por ciento de todos los trabajadores en Reino Unido y 47 por ciento en Estados Unidos, incluyendo trabajos de cuello blanco.
Sin embargo, según le comentó a The Observer el experto en empleo y computarización Carl Benedikt Frey, aunque muchos empleos serán reemplazados, otros nacerán que estén más enfocados a los servicios y a la interacción entre personas. “Las ocupaciones de más rápido crecimiento en los últimos cinco años están todas relacionadas con los servicios”, le dijo al diario. “Las dos más grandes son instructor de zumba y entrenador personal”.
Los dueños y el resto
Frey, no obstante, observa que la tecnología también está llevando a una rarificación en los empleos. Es decir, cada vez menos personas tienen las habilidades necesarias para trabajar en el desarrollo de las tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial y la robótica.
“Habrá gente que será dueña de la inteligencia artificial y, por consecuencia, serán dueños de todo lo demás”, dijo. “Lo que significa que el homo sapiens estará dividido en un puñado de ‘dioses’ y luego el resto de nosotros”.
“Creo que nuestra mejor esperanza para avanzar es encontrar la manera de vivir en una economía de abundancia radical donde las máquinas hagan todo el trabajo y nosotros básicamente juguemos”, expresó.
