Conforme el tiempo avanza, la influencia de la tecnología digital crece e impacta en más áreas de la vida. El mundo en Internet se ha vendido como una ventana de oportunidades que favorece la comunicación intercultural, el comercio y el aprendizaje.
Este es un debate interesante, porque para bien o para mal, la tecnología digital se encuentra irreversiblemente en medio de las vidas de las personas a nivel mundial.
Los niños y adolescentes no escapan de esto, ya que muchos de ellos, desde que nacieron, están inmersos en el contexto digital, lo que les ha permitido adquirir las capacidades necesarias para manejar las herramientas que brindan las tecnologías de la información y la comunicación.
Para Marere Allard, CEO de Boxies, la tecnología es una herramienta increíble para ayudar a los niños a tener un desarrollo integral. El problema, dice, es que muchos padres o encargados de la educación de los niños, como los maestros, no tienen las aptitudes suficientes para poder educar correctamente dentro de la era digital
“La verdad es que herramientas hay miles, desde controlar la televisión que es un dispositivo electrónico y que también es tecnología, hasta la computadora y cualquier dispositivo electrónico y consolas”.
Para la especialista, las escuelas deberían ser el espacio de democratización del acceso al conocimiento, lo que significa tener herramientas para hacer que los alumnos aprendan, por medio de las tecnologías. Pero los padres también juegan un papel muy importante, ya que ellos tiene la tarea de informarse e involucrarse.
“Deben saber qué tecnologías hay, qué videojuegos, qué aplicaciones desarrollan habilidades cognitivas para sus hijos. Cómo hago un balance entre lo físico y lo digital, que es justo lo que Boxies pretende resolver a través de la creación de un ambiente en donde lo físico y lo digital conviven de una manera simbiótica y balanceada para que los niños se desarrollen en todos los aspectos”, afirma la experta digital.
Los mitos a vencer
Las tecnologías digitales no pueden ser catalogadas en término de “blanco o negro”, asegura la especialista, por lo que, si queremos reflexionar al respecto, tenemos que ejercer un poco de dos visiones, no dejar de ser críticos y observar los riesgos, pero también evaluar las virtudes que ofrece, sobre todo en materia educativa.
“La labor del padre es educarse y eso a veces no lo quieren hacer, pero es la tarea que les toca a ellos y a los maestros, involucrarse más con la tecnología, aprender de ella y de sus usos”, dice Allard.
Al igual que la CEO de Boxies, diversos especialistas afirman que la realidad cambió, que todos estamos expuestos 24 horas a la tecnología, ya sea en el coche, en el teléfono o el televisor, para ellos, todas estas herramientas llegaron para quedarse.
“El chiste es tener la visión y la capacidad de poder resolver estos problemas futuros incorporando nuevas herramientas y ¿cómo la hacemos? Conociéndolas”, opina Allard.
Para aquellos papás que niegan los beneficios de la tecnología y que le tienen miedo, el consejo es que la conozcan, que se acerquen y aprendan a usarla, porque existen múltiples emprendedores que están ofreciendo herramientas para potencializar la educación de sus hijos.
Por ejemplo, Boxies es una empresa dedicada al desarrollo de una plataforma digital que ofrece varias apps que sólo tienen un uso si se combinan con juguetes físicos didácticos.
Ese requisito obliga a los padres de familia a jugar con los niños a través de aplicaciones que crean un balance entre el mundo físico y el virtual.
“Le dimos la vuelta a la tecnología, porque si estás expuesto y no tienes contacto físico, pues sí se pueden afectar ciertas habilidades. Está comprobado que seis de cada 10 niños saben manipular dispositivos perfectamente, pero sólo cuatro pueden andar en bicicleta. Nosotros lo que les enseñamos a los papás es a tener este balance a través de una plataforma”, comenta la experta.
Nuevas habilidades
A través de la simbiosis que ofrecen las herramientas digitales con el mundo físico, se ayuda a que los niños desarrollen habilidades motrices como la gruesa, fina, visual y sensorial, ya que permite ver, tocar, chupar y morder el juguete; mientras que con las apps se hace un complemento que impulsa las habilidades cognitivas.
Los juguetes físicos de Boxies los puedan usar niños desde los 10 o 12 meses, porque son didácticos hechos de cartón, mientras que las aplicaciones son recomendable emplearlas desde los 2 años. También hay para niños de 3 y 4 años, y de 4 a 5, dependiendo de la etapa de desarrollo.
Marere Allard considera que existe mucha desinformación sobre el uso de la tecnología en la educación de los niños, por lo que cuando los padres ven esta simbiosis que permite que al combinar una aplicación con un juguete físico se desplieguen juegos en realidad aumentada, quedan asombrados.
Informarse, leer, y tomar en cuenta todas las opiniones, son clave para formarse un criterio propio. “Cuando tienes miedo es porque no conoces, entonces el miedo a vencer es la desinformación. La tecnología no se va a ir, conózcanla y no hay que negar su existencia”, finaliza Marere Allard.