El agua puede fluir o golpear. Sé agua, mi amigo”, dice un espigado Bruce Lee.
La frase ahora es acuñada como resumen filosófico del ser. El ícono de las artes marciales es también un antídoto para los estragos que dejan los años de rock and roll. La voz del héroe de la década de los 70 se utilizó en un sampleo para la canción “Fluye”, que el grupo español La Unión grabó recientemente y promociona en México.
La agrupación madrileña sobrevive a los embates de la industria de la música. Con las heridas de guerra que deja trabajar durante décadas en una disquera internacional hoy van a los escenarios y estanterías de discos de forma independiente.
La lucha contra las pirañas transnacionales se reduce a que con las cosas que más quieren son tenaces, o simplemente pretendían guardar algo que era de su posesión.
De forma cotidiana se sacuden la fama para poder navegar por el mundo con menos carga.
Ahora su avant garde consiste en un reinicio. El disco “Hip.gnosis”, un homenaje al colectivo de diseño que hizo legendarias las portadas de Pink Floyd, Led Zeppelin, Alan Parsons Project y otras míticas bandas de rock.
Las mismas canciones vueltas a grabar con versiones musicales renovadas. Obvio la tecnología de la época. A muchos de los verdaderos seguidores es posible que no les gusten estas versiones pero ellos se sienten realmente cómodos.
Este viernes presentarán este material en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” en la Ciudad de México.
A Rafa Sánchez y Luis Bolín aún se les encienden los ojos –como mordidos por el Mago del Siam- cuando hablan de su trabajo. La entrevista se da en un restaurante de la Zona Rosa de la Ciudad de México. La decoración es presuntamente minimalista. El ruido de tazas y cubiertos que se montan al mediodía acompaña al encuentro.
Tras 30 años en la escena musical siguen teniendo la mirada inquieta y las ganas de seguir dando beats. Mario Martínez, su sempiterno guitarrista y amigo, atiende asuntos de salud. De fama y lunetas llenas ellos saben pero miran más allá. No han elegido calmar los dolores con un vidrio.
“Es el público el que te manda a tu casa”, dice Luis, el desenfadado bajista que carga en su alforja de recuerdos desayunar con Peter Gabriel y Van Morrison durante la grabación de uno de sus materiales.
La sentencia es definitiva y no admite recursos de inconformidad.
Seguirán en esto hasta verse como The Rolling Stones, advierte el vocalista entre risas, quizás de imaginar los rostros avejentados de Keith Richards y Mick Jagger.
“Nosotros nunca hemos buscado el éxito. El éxito es el precio que hemos tenido que pagar por dedicarnos a la música”, agrega.
En 1996 cuando estaban en su nirvana las fiestas rave y el éxtasis como aditivo de las mismas La Unión sacó el disco “Hiperespacio”.
¿Qué es ser vanguardista?
Rafa: “Tener compromiso con lo que estás haciendo. Cuanto toda tu concentración está puesta en tu trabajo vas un poco más allá. Creo que el arte está en el aire. La labor del arte es explicar el momento en el que estás viviendo e incluso avanzarlo un poquito más”.
Luis: “Nosotros ahí sentíamos un poco el fin del siglo, y hablábamos de una sociedad futurista pero utilizando los sonidos del soul. A veces es un poco naive, en realidad lo que quisimos fue utilizar el soul explosion de los finales de los años 60, que se vestían galácticos, son guiños que tenemos en nuestra propia cadena de influencias”.
Están conscientes de que el cambio en la industria de la música es gigantesco pues ahora los miles de dólares que se gastaban en estudio fácilmente se pueden hacer en un estudio casero. La Unión no son de aquellos que ante los embates de la modernidad doblen la cabeza. Justo en estos tiempos trabajan como lo hacen los grupos que empiezan en la escena. Como ahora se consumen canciones y no álbumes, pues solo harán canciones y las irán sacando en las plataformas digitales a ese nuevo ritmo que marca ahora el consumo. Ya no están apurados por grabar un álbum cada año y medio.
Uno de sus más grandes éxitos es “Lobo-Hombre en París”, inspirado en el libro homónimo de Boris Vian, un versátil ingeniero francés convertido a poeta, escritor, músico y crítico de jazz.
¿Cómo se imaginan a su ‘lobo-hombre’ ante los atentados terroristas en el Bataclán de París?
Rafa suspira. El inflar sus pulmones obliga a que se definan como surcos en tierra seca las orgullosas arrugas que lleva en la frente.
Luis está convencido de que Denis, el lobo que se hace hombre para recorrer los barrios parisinos estaría hoy “horrorizado” por lo que pasó el pasado 13 de noviembre.
En 1984 uno de sus más grandes éxitos fue “Sildavia”, un país en el que el sol no derrite las alas ni hay falsas pasiones.
¿Es hora de que La Unión se meta en política y proponga oficialmente la creación de ‘Sildavia’?
Luis: ‘Sildavia’ es una idea que podemos desarrollar juntos. A lo mejor podemos crear una Constitución, podemos hacer un decálogo de principios, tampoco deben de ser muchos, los mejores contratos son los que tienen pocas páginas.
Rafa: Creo que todavía es tiempo para la revolución. Hombre, a nosotros ya nos ha pillado mayorcitos pero yo aliento a los jóvenes. Cuanto tenía veintipocos iba a las manifestaciones y se consiguió que España fuera un país democrático. Creo que ahora les toca a ellos dar la cara.
En 30 años, más de 16 álbumes y decenas de países visitados han hecho todo lo que un grupo de rock en la actualidad quisiera hacer.
¿Qué les falta por hacer?
“Todo”, coinciden.
En México se dice: ‘el corazón no envejece solo el cuero es el que se arruga’, ¿Tiene sentido?
Rafa: Todo el sentido.
Luis: La edad es un estado mental.
Los músicos de Hoy
Rafa Sánchez y Luis Bolín buscan estar vigentes en un mundo que ya no es el mismo donde iniciaron hace más de 30 años en la ciudad de Madrid. Ellos saben que el tiempo pasa y no perdona.
Lo saben. Es un destino insoslayable. Pero también Rafa y Luis han tenido una certeza: que La Unión y ellos siempre han estado acostumbrados a vivir al este del Edén.