Taylor Swift, de 24 años, es una estrella de la música country y de la cultura pop. Pero también es mujer como cualquiera y ha pasado por relaciones amorosas fallidas, periodos duros al tener el corazón destrozado, decepciones… y todo le ha servido para desquitarse de la mejor manera que puede hacerlo: componiendo y cantando sus creaciones.
Esa “dulce venganza” no se queda en la letra desgarradora de algún sencillo o en el tono de voz con el que lo interpreta, pues cuando una canción va directamente hacia un exnovio de la farándula, la joven Swift impregna con una especie de “maldición” o “mala vibra” al que fuera su pareja… tal como si se tratara de una “viuda negra” a nivel artístico.
Esta semana salió a la venta su quinto álbum de estudio, “1989”, en el que la estadounidense se inclina hacia el pop y reflexiona sobre el amor, el feminismo y a través de cada canción transmite cómo es que “cambia tu concepción sobre el romanticismo y el amor cuando realmente has vivido ambos. Cuando escribí ‘Love story’ tenía 17 años y no había estado enamorada de verdad, pero sobre todo no me habían decepcionado una y otra vez. Al hacerte mayor te das cuenta de que eso de ‘y vivieron felices y comieron perdices’ no es necesariamente cierto. Cada día es una lucha, por mucho que estés en una relación feliz, hay que luchar una y otra vez por ella”.
Y es que se podría decir que la joven nacida en Nashville, Tennessee, es una viuda negra vestida de blanco, dada esa “maldición” que echa sutilmente sobre los hombres con los que termina una relación y/o que le han roto el corazón.
En “1989”, la cantautora da a conocer que con la experiencia ya aprendió a estar sola y disfrutarlo, y aconseja que “lo más importante es que las mujeres sean igual de valoradas que los hombres y tengan las mismas posibilidades que estos. He aprendido que nosotras, las mujeres, tenemos que estar unidas y apoyarnos las unas a las otras”.
La novia que ninguno quiso tener
Pese a su talento, belleza y carisma, pareciera que Taylor Swift es la novia que ninguno quisiera tener… pues si la relación termina mal, la experiencia se reflejará en las letra de su próxima producción discográfica.
Y cada una de sus relaciones y canciones postbreakup demuestran que a esta viuda negra de la música le gusta la catarsis a través de las canciones que compone, según una publicación en la revista Vulture.
La primera “víctima” fue Drew Dunlap (o tal vez Brandon Borello, no se sabe cuál fue su novio primero). Este novio de secundaria terminó con ella al irse a college.
Las canciones en las que claramente se ve que habla de él son “Fifteen” y “Our song”.
La maldición le cayó cuando nadie sabe de ellos, tienen sus vidas normales, sin detalles que destaquen.
Le siguió Sam Armstrong, otro novio de la secundaria que encendió la rabia de Taylor al engañarla con otra mujer, justo antes de que saliera a la luz su primer álbum, “Taylor Swift”. De acuerdo a Vulture, las canciones representativas de su desamor a causa de la supuesta infidelidad de Armstrong son “Should’ve said no” y “Picture to burn”. Sam volvió su cuenta de Twitter privada, probablemente cansado de todas las preguntas y reclamos de los fans de Taylor.
Drew Hardwick fue un crush para el que escribió “Teardrops on my guitar”, que ahora está casado y fuera del radar.
Después, llegó “Hey Stephen”, un sencillo sobre Stephen Barker Liles, quien también está casado y en el olvido.
La intensidad de su corazón roto y la inspiración para la letra de sus canciones cobró fuerza tras el rompimiento con Joe Jonas, con quien Taylor salió en el 2008. Este desamor dio fruto a canciones como “Forever & always”, “Jump then fall”, “Today was a fairytale”, “Holy ground” y “Last kiss”. De hecho, cuando Jonas tuvo otra novia, Taylor se desquitó al lanzar una canción que la ofendía, Joe y ella terminaron después. La mala suerte le llegó casi telepáticamente.
A Martin Johnson le llovió sobre mojado cuando su banda dejó de producir material al dejar a Taylor, después el sostuvo una relación con Ashley Tisdale. Al terminar con ella, su banda retomó el rumbo. Las canciones sobre Martin son “White horse”, “Love story” y “Breathe”.
En el caso de Taylor Lautner, Swift nunca estuvo tan convencida, pero eso no evitó que le escribiera “Back to december”. Al pasar la saga de “Twilight”, Lautner pasa casi desapercibido con películas de bajo presupuesto y poca recepción.
John Mayer fue el protagonista de un tórrido romance con Swift, en el 2010. Ahí llegaron los sencillos “The story of us” y “Dear John”. Mayer fue “humillado por ‘Dear John’ y luego lo llamaron presuntuoso por pensar que era sobre él (…)”, señala Vulture.
Con Adam Young fue breve, pero llegó la canción “Enchanted”. Ella lo “cambió” por el actor Jake Gyllenhaal. De hecho, Jake es el único que no cayó en un pozo tras la maldición de Swift, pero todo indica que esto se debe a que su “romance” fue muy breve, casi insignificante, aún así se inspiró en él para la letra de “State of grace”, “The last time”, “We are never ever getting back together”, “Red”, entre otras.
Connor Kennedy corrió con una suerte parecida a Gyllenhaal. Kennedy está en Harvard. Por él Taylor escribió “Begin again” y “Everything has changed”.
Por último Harry Styles. En el 2012 tuvieron un breve romance que dio pie a “I knew you were trouble” y “Out of the woods”. Además de querer “imitar” a Mick Jagger, este integrante de One Direction quiere irse a cantar como solista, pero aún se quedará en la boy band mencionada.