El alimento perfecto sí existe, es la leche materna, y debido a la importancia que tiene, tanto para la madre como para el recién nacido, las organizaciones de derechos humanos y de salubridad celebran, desde 1990, la semana Internacional de la Lactancia Materna, que este año impulsó que el acto natural sea permitido en los lugares de trabajo.
Es tal su importancia, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida de un recién nacido, para luego seguir complementándola con otro tipo de alimentos hasta los dos años.
De acuerdo con el Centro de Información de las Naciones Unidas, la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludable, previniéndolos de enfermedades como la diarrea y la neumonía, que anualmente matan a millones de bebés en los países más pobres.
A pesar de ello, en México sólo 31 por ciento de los bebés, durante sus primeros seis meses de vida, reciben lactancia materna exclusivamente, de acuerdo con la Encuesta Nacional de los Niños, Niñas y Mujeres en México (ENIM, 2015). Esto significa que sólo tres de siete infantes están siendo nutridos de esta manera, lo cual, según la OMS, dista de ser lo óptimo.
Para la también docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Haquet Santana, esto en parte se debe a que las mujeres dejan de lactar el tiempo que debería ser obligatorio por ingresar a sus trabajos.
Haquet Santana destaca que, aunque ya se ha ido avanzando en el tema de la lactancia materna, a nivel nacional, aún sigue presente la falta de educación cuando una mujer lacta en áreas libres.
Lactarios, lo necesario
Hace apenas cuatro meses, el Senado de la República avaló adicionar un artículo décimo quinto transitorio a la Ley Federal del Trabajo (LFT), relacionado con la implementación de un directorio nacional de lactarios.
Un mes antes a la acción del Senado, la senadora Martha Cecilia Márquez Alvarado, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), de la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, solicitó dicha petición.
“En el periodo de lactancia, de seis meses, tendrán dos reposos extraordinarios por día, de cuarenta minutos cada uno, para alimentar a sus hijos, en un lugar adecuado e higiénico que designe la empresa, o bien, cuando esto no sea posible, previo acuerdo con el patrón se reducirá en una hora su jornada de trabajo durante el periodo señalado”, se lee, ahora, en la fracción V del artículo 170 de la LFT.
Para la ginecóloga y pediatra, Susana Haquet Santana, es muy importante que no se detenga la creación e impulso de los lactarios, porque se correría el riesgo de que al no haber contacto directo madre-hijo, este último ya no pueda acoplarse al pecho por las horas continuas de ausencia.
En la conferencia Fortalecimiento de la Calidad de Salud, de la Universidad Iberoamericana, la maestra Soraya Burrola Méndez sostuvo que la implementación de los lactarios, además de que protege tanto al niño como a la madre, mejorará la imagen de la empresa que los establece como necesarios, pues se les adjudica que apoyan al 100 por ciento la lactancia.
La Secretaría de Salud especifica que las salsa de lactancia implementadas en una zona laboral deben ser de un área de 10 a 25 metros cuadrados aproximadamente, con buena iluminación y ventilación, pisos lavables y antiderrapantes, paredes lisas que no acumulen polvo, de fácil acceso y con mínimo de ruido.
Respecto a los recursos materiales, debe haber una mesa individual, un sillón, microondas y/o esterilizador, frigobar, cesto de basura y dispensador de jabón.
Entre los recursos consumibles se requieren jabón líquido para manos, toallas desechables de papel, etiquetas auto adheribles y material para lavar utensilios, como jabón, esponja, lavatrastes que no raye e hisopos.