El miedo al fracaso
Con su nuevo trabajo literario, Jaime Mesa parece haber plasmado en los personajes cada uno de sus miedos y temores que, aunque en silencio, podría tener cualquier escritor.
Milena Betancur, personaje principal de la novela “La mujer inexistente”, es una escritora que “nació” a los 35 años, cuando comenzó su travesía por las letras. Es una mujer que fracasó y que de no haberse encontrado en un escándalo, nadie la hubiera recordado.
Azaneth Cruz
Con su nuevo trabajo literario, Jaime Mesa parece haber plasmado en los personajes cada uno de sus miedos y temores que, aunque en silencio, podría tener cualquier escritor.
Milena Betancur, personaje principal de la novela “La mujer inexistente”, es una escritora que “nació” a los 35 años, cuando comenzó su travesía por las letras. Es una mujer que fracasó y que de no haberse encontrado en un escándalo, nadie la hubiera recordado.
“Un día vi un documental que hablaba sobre un escritor que había perdido la memoria debido al Alzheimer, entonces mi mente voló e imaginó lo terrible que debió haber sido para él, pues nosotros escribimos con la memoria”, explica Jaime Mesa, también autor de “Los predilectos”.
Mesa tenía ganas de hacer un libro sobre los escritores desde tiempo atrás, pero no fue hasta ese documental y una serie de incidentes en sus vacaciones familiares, lo que hizo que el también autor de “Rabia” se sentara a escribir.
Los eventos ocasionales que habían merodeado por la cabeza de Mesa eran tan cercanos unos a otros, que así llegó Milena a su mente.
“Sólo recuerdo que de repente tenía la imagen de una escritora muerta, desconocida y que era sacada de su casa en una sucia sábana blanca”, cuenta.
En la novela, Milena Betancur tiene una vida y una familia, sin embargo, es su miedo al fracaso lo que la hace cancelar todo y dedicarse por completo a un mundo donde la literatura es el oxígeno que la hace respirar.
Como si se tratará de una novela real, Milena comienza a crear su propia familia basada en su amor por el arte, los libros y el fracaso.
Con “La mujer inexistente”, Jaime Mesa ha logrado que cada lector tenga una diferente interpretación, un juego que ha llamado la atención.
El escritor que “mató a la novela” con Milena ha permitido que con sus personajes los lectores pongan nombre propio a los miedos.
Ante el hecho de que Milena –una mujer– represente el fracaso, la soledad, la frustración y el olvido, el autor aclara que no tiene una intención basada en el género.
“En algún momento de la vida de un escritor todo fracasa o nos sentimos fracasados al igual que Milena, todos tenemos miedos, no frustramos y tenemos temor a ser olvidados si no logramos algo”, cuenta Mesa.
“Milena sólo vino repentinamente a mi mente como una mujer”, recalca el poblano.
La figura del autor
Jaime Mesa se ha caracterizado por mencionar que la literatura no sólo es del autor y de sus lectores, también es de las historias y personas que física, sentimental y situacionalmente formaron parte de la inspiración.
“Estamos acostumbrados a que la figura del autor esté representada como un todo por el nombre que vemos en la portada”, comenta el creador de “Las bestias negras”.
De acuerdo con Mesa, de vez en cuando los escritores suelen sufrir de protagonismo, hecho que decidió comparar con el cine.
“A partir de que comencé a clases de cine, me fui separando de la figura del escritor. Me di cuenta que al igual que en la literatura, siempre hay más personas que forman parte del producto final… A diferencia de los libros, en el cine se incluye el nombre de la persona que trabajó el guión, el maquillaje, el sonido, los efectos y la construcción pieza a pieza de un todo”, explica.
Mesa está de acuerdo en que el robo de una idea es un “plagio”, pero cuestiona lo que sucede cuando la historia surge de un suceso de la vida de alguien más y no se menciona.
“La mujer inexistente” es el reflejo de muchas preguntas, pero de pocas respuestas. De éxitos y fracasos. De laberintos complicados. De miedos.