“Hola, colibríes, ¿cómo están? Yo me llamo Ivonne, espero que ya sepan mi nombre. Hoy estoy en un lugar muy especial, nuestra biblioteca”, dice en un video una de las integrantes del Libro Club Colibrí.
Ivonne Gutiérrez, Lilia Luna y Karina Yáñez son egresadas de la licenciatura en Pedagogía de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón. Su profesora Leticia Sánchez Vargas las unió para formar el Colectivo Aletheia.
“Lety fue la primera maestra que tuve en la carrera. Desde que la vi dije ‘cuando sea grande quiero ser como ella’ y ahorita pues estamos trabajando juntas en un proyecto. Es como un sueño”, comenta Lilia Luna, en entrevista con Reporte Índigo.
En Casa Rebozo, el centro de cultura alternativa de la profesora Sánchez Vargas, comenzó su historia. Todas acudían ahí de forma individual.
“Nos conectamos a través de Leticia porque en Casa Rebozo se venían trabajando algunas ideas para proyectos que realizar. Ya veníamos platicando hacer algo para niñas y niños relacionado con la literatura”, menciona Karina Yáñez.
Para este proyecto ella pensó en Ivonne, mientras que Leticia sumó a Lilia; ambas son técnicas en recreación por el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente. Fue entonces que iniciaron como colectivo antes de que iniciara 2020 y de ahí surgió el proyecto del libro club.
“Aletheia es una palabra griega y significa develar o quitar una venda de los ojos. Esta idea la tomamos para lo que tiene que ver con la lectura, el arte y la cultura, porque a veces hay muchos prejuicios de que es aburrido o no es tan importante”, explica Luna.
Una leyenda maya cuenta que los dioses asignaron a cada creación en la Tierra una función específica, pero olvidaron dar la tarea de llevar los pensamientos. Tallaron una piedra de jade, la soplaron y salió volando un colibrí, que desde entonces tenía la misión de llevar mensajes de un lugar a otro sin importar la época, la distancia o el tiempo.
Acercar a la literatura a niños y niñas
Además de su formación en Pedagogía, Ivonne Gutiérrez ha tomado clases de danza; Lilia Luna, de artes escénicas y narración oral; y Karina Yáñez, de literatura, género y sexualidad. Estos son los conocimientos que comparten con niños y niñas.
“Decidimos hacer una sesión para hablar de los temas que íbamos a abordar a través de un libro. Los lunes contamos un cuento, los miércoles hacemos una manualidad relacionada y los viernes lo platicamos, esa es nuestra metodología”, refiere Ivonne.
Así, en Libro Club Colibrí hay cuatro ejes temáticos: equidad e igualdad de género, educación para la paz, manejo de emociones y cuidado del cuerpo, desde la higiene hasta el abuso sexual.
“Una de nuestras preguntas fue ‘¿vamos a ir hacia todas las edades o cómo va a estar?’ Pero nos dimos cuenta de que conforme iban avanzando las sesiones iba llegando cierto público, de tal manera que lo planteamos pensando desde los 5 y hasta los 12 años, aunque se han incorporado más pequeños”, precisa Karina.
La biblioteca del Colectivo Cultural Comunitario Aletheia ya cuenta con más de 200 títulos que van desde clásicos para la niñez como El principito o La peor señora del mundo hasta enciclopedias especializadas.
Durante la pandemia de COVID-19, las redes del Libro Club Colibrí se han convertido en una especie de biblioteca digital en la que sus integrantes comparten materiales de lectura. Eso les ha permitido conocer a otros colectivos y realizar lecturas comunitarias con escuelas.
“Una sesión dura una hora, hora y media, dos, y son ellos quienes están hablando. Nosotras somos una especie de mediadoras”, afirma Karina.
Libro Club Colibrí: Un programa de colectivos culturales
Este programa social depende de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y fue creado en 2019. A partir de entonces, ha beneficiado a 573 colectivos culturales comunitarios distribuidos en las 16 alcaldías.
Por ejemplo, el Colectivo Cultural Comunitario Aletheia, con sede en la Gustavo A. Madero, que dejó pasar la primera convocatoria porque se enteró de ésta a dos días de que finalizara y se preparó para la de 2020.
“Fue el impulso para consolidar algo, estaba la convocatoria y dijimos es ahora o nunca”, recuerda Ivonne.
El apoyo económico recibido sirvió para que el colectivo pudiera comprar material para la biblioteca. La asesoría concretó el proyecto.
“Este año estamos a la espera de ver si sí salimos seleccionadas o no. Pero a diferencia del año pasado, sabemos que vamos a darle seguimiento a este proyecto porque ya somos una comunidad, por ahora virtual. La gente está sintiéndose parte y eso es lo que necesitábamos, con ese impulso el colibrí ya puede volar solito”, asegura Lilia.
Inscríbete
El Libro Club Colibrí anuncia en su cuenta de Facebook (@chicascolibri) al menos una actividad al mes a la que pueden inscribirse por mensaje o al correo electrónico: colectivoaletheia@gmail.com