Un grupo de científicos encontró los restos de una mujer prehistórica que fue procreada por una mujer neandertal y un hombre que pertenecía a otro grupo extinguido de parientes del ser humano, conocido como denísova.
Un fragmento óseo de más de 50 mil años de antigüedad, hallado en el sur de Siberia, reveló a los especialistas que pertenecía al primer descendiente directo de las dos especies humanas.
Los dos grupos de humanos desaparecieron hace unos 40 mil años. El neandertal vivió en Europa y Asia, mientras que los fósiles de los denisovianos sólo se han hallado en el norte de Siberia.
Estudios genéticos previos han demostrado que hubo hibridación entre los dos grupos y también con nuestra especie, ya que se han encontrado rastros en el ADN del ser humano moderno. Sin embargo, este estudio es el primero que identifica un descendiente de primera generación de padres de Neandertal y Denísova.
La cueva donde se encontró el fragmento óseo, cerca de Mongolia, contiene algunos restos tanto de neandertales como de denisovianos, lo que ha llevado a los especialistas a preguntarse si esta hibridación no era tan frecuente como se pensaba.
El hallazgo no revela dónde ni con cuánta frecuencia se producía esa hibridación, dijo el antropólogo Ron Pinhasi, de la Universidad de Viena, quien no participó del estudio.
“Si hubiera sido frecuente, no encontraríamos tanta divergencia entre los genomas neandertal y denisoviano”, dijo.
El ADN descubierto recientemente admite distintas interpretaciones, dijo el genetista Anders Eriksson del King’s College de Londres.
El hueso encontrado probablemente corresponde al brazo o pierna de la adolescente, la cual murió alrededor de los 13 años.
Los estudios de ADN que le practicaron demostraron que los genes heredados de su madre tenían mayor relación con los neandertales europeos que con otros restos de neandretales hallados en la cueva, lo que sugiere una migración hacia el occidente.
Junto con los restos descubiertos anteriormente de un Homo sapiens que tenía un antepasado neandertal cuatro a seis generaciones atrás, el hallazgo más reciente confirma la teoría de que los linajes antiguos extinguidos podrían haber sido absorbidos mediante la hibridación con seres humanos modernos, en lugar de haber sido eliminados mediante la guerra como se sostiene en la actualidad.