Los Emmy de siempre

Los premios Emmy de este año consiguieron el segundo mejor rating de la ceremonia en los últimos ocho años, pero para muchos, fue igual que ver cualquiera de las premiaciones anteriores.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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La ceremonia se ha convertido en una oda a las series más exclusivas

Los premios Emmy de este año consiguieron el segundo mejor rating de la ceremonia en los últimos ocho años, pero para muchos, fue igual que ver cualquiera de las premiaciones anteriores.

Los ganadores fueron predecibles: “Modern family” triunfó por quinta vez consecutiva en la categoría de Mejor Serie de Comedia; los fanáticos de “Breaking bad” pueden presumir que tienen al Mejor Actor en una Serie de Drama (Bryan Cranston), a la Mejor Actriz de Reparto en Drama (Anna Gunn) y al Mejor Actor de Reparto (Aaron Paul) y el Mejor Guión Dramático; y Jim Parsons ganó por cuarta vez en la categoría de Mejor Actor en una Serie de Comedia gracias al personaje de Sheldon Cooper en “The big band theory”.

Las predicciones apuntaban, en cambio, a que los elegidos por la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión (ATAS, en inglés) podrían ser distintos. Series que todavía están en sus primeras temporadas como “True detective”, o que se transmiten fuera del sistema tradicional de la televisión, como “House of cards” u “Orange is the new black”, de Netflix. 

Sin embargo, estas series fueron generalmente ignoradas. “True detective” triunfó con la Mejor Dirección de una Serie de Drama y Uzo Aduba, de “Orange is the new black” se llevó la estatuilla a la Mejor Actriz Invitada en una Serie de Comedia. Y eso fue todo para quienes pusieron sus esperanzas en los programas menos trillados.

¿En cable es mejor?

Otro detalle que llamó la atención de los expertos fue el hecho de que la balanza de los premios se inclinó hacia los shows de cadenas de televisión de paga. A pesar de que la ceremonia suele transmitirse por TV abierta, durante los últimos años todo indica que se convirtió en una oda a las series más exclusivas.

Incluso Seth Meyers, quien condujo el evento, se atrevió a hacer una broma al respecto, diciendo que “sería una locura” que la televisión abierta hiciera una premiación en la que la televisión de paga se llevara todos los galardones. “¿Por qué harían eso?”, dijo. 

La escritora Alessandra Stanley opina, en un artículo de The New York Times, que “hubo algo de resistencia, como si la ATAS estuviera determinada a recompensar, otra vez, a los pocos hits de cadena abierta que ganan nominaciones reiteradamente, especialmente la serie de ABC ‘Modern family’”. 

“Además puede que haya habido algo de rencor en el hecho de ignorar a los shows de Netflix, que fueron olvidados casi por completo”, indica.

En el mismo texto, la periodista señala que la ATAS se tomó varias libertades en cuanto a las nominaciones, y señala, específicamente, que “True detective” y “Fargo” son series con el mismo formato, pero la primera fue nominada como show dramático y la segunda como miniserie. “Fargo” consiguió el galardón; la otra, no. 

Su conclusión sobre la ceremonia no es más alentadora. 

“El Sr. Meyers fue encantador pero no tomó muchos riesgos y, ante todo, la ceremonia fue un evento bastante soso”, afirma. 

Objeto de deseo

La aparición de la actriz Sofia Vergara en el escenario para presentar a Bruce Rosenblum, de la ATAS, causó controversia. Muchos pensaron que hacer que la protagonista de “Modern family” se subiera a un pedestal y modelara, y fuera señalada como “algo llamativo para mirar” –en palabras de Rosenblum– fue sexista y de mal gusto, aún cuando se trató de una broma.

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