La Academia Sueca anunció que la polaca Olga Tokarczuk y el austriaco Peter Handke fueros los elegidos para recibir el Premio Nobel de Literatura 2018 y 2019, respectivamente.
Los dos laureados que, aunque han sido reconocidos a nivel mundial, también han enfrentado situaciones adversas en las que, aseguran, la escritura ha sido su única solución.
De acuerdo con la Academia, Tokarczuk fue premiada por poseer una “imaginación narrativa que con pasión enciclopédica representa el cruce de fronteras como una forma de vida”.
Para Olga, la literatura polaca es una de las más enriquecedoras de todo mundo, no sólo en el aspecto artístico e intelectual, sino político y social; pues con el uso correcto de este lenguaje se pueden expresar cosas difíciles, como la falta de democracia que se registra actualmente en su país.
“Ahora mismo tenemos un problema muy fuerte con la democracia en el centro de Europa, día a día tratamos de encontrar un camino para mejorar, y creo que con un premio literario damos un poco de optimismo, demostramos que seguimos activos y con eso expresamos al mundo de qué somos capaces”, declaró en una entrevista a la Academia.
En Polonia están por llevarse a cabo elecciones y el actual primer ministro, Jaroslaw Kaczynski, busca reelegirse. Este político ultracatólico ha sostenido que él es el único que puede defender a su país de “ideologías peligrosas” que emanan de occidente, como los derechos LGBTTIQ+ o de la mujer.
Al respecto, la ganadora del Nobel ha insinuado que la vida social es difícil en tiempos de Kaczynski, pero que es un gran momento para los escritores, pues con personajes como él, los literatos tienen muchas más herramientas para no dejar de hacer lo que hacen: expresar el enfado y desacuerdo que comparten con su gente.
Con el objetivo de recuperar la confianza del público, los miembros decidieron nombrar al ganador de ese año en 2019, algo que Tokarczuk festejó desde el momento en el que le anunciaron que sería galardonada.
“Yo iba manejando cuando me llamaron de la Academia del Nobel, estaba muy sorprendida, incluso lo sigo estando, no encuentro las palabras correctas para expresarme, lo cual es muy nuevo para mí”, reveló la autora de Flights (2007).
Olga Tokarczuk nació en Sulechów, al este de Polonia, hace 57 años. Y aunque estudió Psicología, la escritura, su verdadera pasión, surgió cuando comenzó a colaborar, en el 79, en la revista juvenil de exploradores Na Przelaj.
El primer libro de los 47 que ha escrito, El viaje de los hombres del libro (1993), fue rechazado en muchas editoriales, pero la hizo merecedora de su primer premio, el de la Asociación Polaca de Editores de Libros.
El premio Nobel de Literatura que encontró su libertad
Con 77 años de edad, Peter Handke es el rostro del Premio Nobel de Literatura 2019. “Su trabajo influyente que con ingenio lingüista ha explorado la periferia y la especificidad de la experiencia humana” lo hizo merecedor del galardón.
Dichos aspectos están expuestos en la mayoría de sus libros, como en Desgracia impeorable (1972), donde expresa cómo recibió la noticia del asesinato de su madre, un personaje que incluyó en la vida del ahora premio Nobel.
Para Handke, en la literatura encontró un refugio en el cual describe sus vivencias, como la lejanía de su padre, un soldado de origen alemán; ver los restos de la Segunda Guerra Mundial, y su estancia en un internado para jóvenes.
Y aunque en sus libros dejaba expuesta su mente, nunca se sintió realmente liberado, o no hasta que recibió la llamada de la Academia sueca, justo antes de salir a dar su paseo del diario. “Cuando me mencionaron de la premiación sentí libertad, algo que nunca había sentido anteriormente”, mencionó.
Viente años después, en los 90, el autor de La mujer zurda (1976) se opuso a los ataques de la Organización del Tratamiento del Atlántico Norte (OTAN); los cuales se realizan a Estados con características violentas, para establecer seguridad en todos los niveles.
Pero a pesar de sus ideales políticos y sociales, Peter Handke, productor de una gran cantidad de obras en diferentes géneros, se ha establecido como uno de los escritores más influyentes de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Entre sus publicaciones se encuentran novelas, ensayos, obras dramaturgas y guiones. Su trabajo, de acuerdo con la Academia, se caracteriza por tener un fuerte espíritu aventurero, pero también por una inclinación nostálgica.