¿Acaso le cae por sorpresa a alguien?
Según los científicos, la mentira es algo intrínseco en el ser humano y todos mentimos, pero dicen que los políticos lo hacen más.
Este año de contiendas preelectorales y campañas hacia las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los políticos de ese país están manipulado la verdad a lo grande, con consecuencias reales. Los expertos dicen que si estudiamos cómo y por qué nos engañamos unos a los otros, entenderemos mejor los comicios hacia la Casa Blanca. En sus palabras: “La falta de honradez es contagiosa”.
Organizaciones periodísticas como The Associated Press y PolitiFact dedican enormes recursos para separar las afirmaciones verdaderas de los precandidatos de sus declaraciones deshonestas, pero para hacer esta tarea, muchos de nosotros debemos hacer también una reflexión sobre nuestras propias mentiras y de cómo se comparan con los engaños de los políticos.
Durante más de dos décadas, los investigadores de diferentes ramas han examinado las falsedades de la humanidad y esto es lo que han encontrado: Todos nos alejamos de la verdad. Hemos aprendido a engañar desde que éramos niños pequeños. Racionalizamos las mentiras que nos benefician. Decimos pequeñas mentiras a diario con tal de que los demás se sientan bien.
Cuando las mentiras tienen éxito, es “más tentador mentir. Las mentiras empiezan a repetirse. Pueden tener un efecto persistente, incluso si ya fueron desacreditadas”, dijo en un correo electrónico la investigadora en psicología Bella DePaulo, de la Universidad de California en Santa Bárbara.
Los niños aprenden a mentir cuanto tienen en promedio tres años, a menudo luego de que se dan cuenta de que otras personas no saben lo que están pensando, dijo Kang Lee, profesor de la Universidad de Toronto.
‘Esto es universal’
Lee ha realizado una amplia investigación sobre los niños y las mentiras. Creó un experimento en una sala monitoreada por video a fin de ver cuántos niños mentían acerca de tomar un juguete cuando un adulto salía de la habitación.
A los dos años de edad, solo el 30 por ciento mintió, dijo Lee. A los tres años, la mitad lo hizo. A los cinco o seis, 90 por ciento de los niños mintió y Lee dijo que le preocupa el 10 por ciento que no lo hizo. Esto es universal, señaló Lee. (AP)