Los retos en casa ante el modelo híbrido

Debido a la permanencia de la epidemia de COVID-19 la SEP impulsa un modelo educativo mixto, sin embargo padres de familia se enfrentarán diversos retos ante el modelo híbrido
Elizabeth González-Manrique Elizabeth González-Manrique Publicado el
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Tras el anuncio por parte del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, acerca del próximo inicio de clases el 24 de agosto, muchos padres comenzaron a pensar en los retos en casa ante el modelo híbrido.

La SEP anunció el pasado 23 de julio que el ciclo escolar 2020-2021 se llevará adelante bajo un esquema híbrido, pues habrá clases presenciales y a distancia.

“El enfoque pedagógico que perviviría hacia el futuro será un modelo híbrido, en donde esté presente tanto la educación a distancia como la educación presencial, de acuerdo a las necesidades de cada uno de los sistemas educativos estatales”, dijo Moctezuma Barragán en una conferencia.

Durante el anuncio Moctezuma también mencionó los obstáculos a los que docentes, padres de familia y alumnos se enfrentaron durante la última parte del ciclo escolar 2019-2020, la cual sucedió enteramente a distancia, debido a la epidemia de COVID-19.

¿Qué es y en qué consiste el modelo híbrido?

Al seguir el país en emergencia sanitaria y ante la imposibilidad de volver a clases presenciales, el Gobierno federal, junto a la SEP, determinaron que el regreso a clases el próximo 24 de agosto será a través del esquema híbrido Regreso a Clases Aprende en Casa II.

En este se prevé que cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en verde, se retomen las clases en los inmuebles escolares.

Hasta el momento no existe una fecha estimada para el regreso a clases presenciales, mientras la mayoría de estados del país permanecen en semáforo naranja y algunos en rojo.

Según datos de la SEP existen 200 mil escuelas en Educación Básica y un millón 200 mil maestras y maestros que están preparados para recibir la migración que se pudiera dar de las escuelas privadas a las públicas.

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Mientras que en colegios privados las herramientas para afrontar esta parte del ciclo son medios como computadoras, tabletas y celulares, pues muchas de las tareas se envían a los padres de familia a través de WhatsApp, el Gobierno federal y la SEP firmaron un acuerdo para que cuatro televisoras del país transmitan contenidos educativos para los niveles de educación básica y media superior.

Niños de jardín de niños, primaria, secundaria y jóvenes de preparatoria podrán acceder a clases a través de la televisión, debido a los altos niveles de desigualdad y a la falta de infraestructura del país.

De acuerdo con la Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación en los Hogares (ENDUTIH) 2019, en México hay 20.1 millones de hogares que disponen de Internet mediante conexión fija o móvil, es decir, 56.4 por ciento a nivel nacional; en las zonas urbanas el 76.6 por ciento de la población cuenta con este servicio, mientras que en zonas rurales el porcentaje es de 47.7.

La encuesta del Inegi también revela que 44.3 por ciento de los hogares en México cuentan con al menos una computadora, en contraste con el 92.5 por ciento que cuentan al menos con un televisor.

La televisión no será la única herramienta con la que la administración de Andrés Manuel López Obrador buscará que los contenidos lleguen a los estudiantes, pues en comunidades alejadas, donde incluso la televisión no es una opción, se transmitirán contenidos en radio.

Para estos alumnos se ofrecerán libros gratuitos, igual que para cada alumno incorporado al sistema nacional de educación, además de que se darán cuadernillos de trabajo y atención especial.

Las transmisiones de clases comenzarán a las 08:00 y terminarán a las 19:00 horas.

Los retos del modelo híbrido en casa

Según sea el caso, el nuevo modelo híbrido educativo representará una serie de retos para los padres de profesores, estudiantes y padres de familia.

Las dificultades son de diverso orden, pues mientras algunos tendrán problemas con los dispositivos, otros no tendrán tiempo para apoyar a sus hijos y a otros se les dificultará la transmisión de contenidos.

Erika Bazaldua, madre de cuatro hijas en edad escolar y profesora de escuela privada, comenta que además de que tuvo que buscar dispositivos para sus pequeñas, sin embargo, debido a su profesión no es la única situación a la que se enfrentará en este nuevo esquema educativo.

“Tengo una niña que entrará a segundo de primaria, otra de pre primero y las otras que son gemelas a primero de kínder. Nos acaban de avisar que regresaremos a clases virtuales el 24 de agosto. Sigue siendo para mí un conflicto, ya que no puedo atender a mis hijas y al mismo tiempo dar mis clases en línea”, menciona.

Erika comenta que aunque una queja generalizada de los padres de escuelas privadas ha sido que no se da toda la jornada completa de clases en línea en us caso no será así, pues su jornada será completa frente a la computadora para sus alumnos, de 7:00 a las 13:00 horas.

Por ello resolvió evitar que las más pequeñas de sus hijas, las gemelas que este año debían comenzar el jardín de niños, no lo comiencen, pues carecerán de atención verdadera. Además se presenta el problema de quién cuidará de ambas menores, quienes son muy pequeñas, mientras su madre labora y sus hermanas estudian.

“Mis pequeñas no entrarán en este ciclo al kínder ya que considero que sería demasiado para ellas entrar de forma virtual, sin embargo, en la guardería no me las reciben aún porque mi trabajo no es de primera necesidad, por lo que seguramente tendré que contratar a alguien para que venga a mi casa a cuidarlas”, menciona Erika.

Como los horarios en los que Érika ofrece clases se empalman con los de sus hijas, cuando ellas toman clases, la logística al interior de casa también se convierte en un conflicto.

“A las mayores debo buscarles dispositivos y lugar en mi casa para que puedan tomar sus clases en línea mientras yo busco espacio para dar mis clases en los mismo horarios”, comenta la profesora y madre de familia.

Ante el panorama Erika consideró el homeschooling y dejar de trabajar, sin embargo, la perspectiva de perder su trabajo ahora, que no sabe si podrá recuperar, y la beca que sus hijas tienen en el colegio en el que labora la detienen.

“Por un momento pensé en dejar de trabajar y darles homeschooling, sin embargo, nada me garantiza que al siguiente año tengan disponible mi lugar para regresar a laborar, y esto provocaría que perdiera la beca de mis hijas”, relata.

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El caso de Erika no es único, pues otras madres y padres de familia se enfrentan a situaciones adversas para poder encarar la educación en casa.

Así lo comenta Cynthia Fuentes, quien es madre de dos niños; uno de kínder y uno de secundaria, aunque con ambos enfrentará panoramas distintos, pues mientras el mayor asiste a una institución privada, el menor lo hace a una pública.

“Pues gracias al cielo resolví lo del equipo, tengo un niño que pasó a tercero de kínder y otro a segundo de secundaria”, platica Cyntia.

Mientras que la educación en línea del hijo mayor se encuentra ya bien estructurada por el colegio desde el año pasado, el menor recibe una educación asistencia más irregular.

“El mayor va a escuela privada y le mandan horarios para conectarse en el Meet, no son tan seguidas, el pequeño es el que me preocupa, pues sólo le mandaron ejercicios ‘bien pinchurrientos’ en la escuela pública”, comenta la madre de 2.

Cyntia decidió hacer un esfuerzo extra por la educación de su pequeño y buscó la opción de que el niño esté como “oyente” en las clases de una escuela privada mientras las clases se dan de manera remota, mientras complementa con el trabajo enviado por la escuela en la que está inscrito.

Entre otras dificultades, madres de familia comentaron en entrevista con Reporte Índigo que algunas de las adversidades a las que se enfrentan son las distracciones constantes, la falta de clases verdaderas aún a través de medios electrónicos, la calidad de las clases en línea y la no adquisición de conocimientos necesarios para el grado de estudios en los que se encuentran sus hijos.

Mientras Ada Velázquez, mamá de dos, considera aún dejar de pagar escuela privada por clases en línea deficientes, al mismo costo que las que se imparten en el colegio, Nancy Zamora, madre de tres, decidió que lo mejor era meter a sus hijos en escuela pública, al no poder compaginar sus obligaciones laborales con las escolares de los menores.

“Trabajo desde casa. Los meses antes de terminar el ciclo pasado me sirvieron para darme cuenta que no puedo con clases por zoom. Me volvía loca y estaba fallando mucho en mi trabajo así que decidimos este ciclo meterlos en escuela pública donde las clases en línea, creo que no son tan demandantes. Mi temor es que se atrasen en conocimientos, pero eso lo iremos resolviendo”,menciona Nancy.

Denisse Quintero, comenta que su hija de 6 años de edad, quien es parte del sistema público de educación, recibió conocimientos de manera deficiente, por lo que ella y otros familiares en casa suplieron el trabajo no realizado por la escuela.

“Mi hija va en escuela pública, el ciclo escolar pasado no se manejaba con lo dicta la SEP, la maestra mandaba trabajo y nosotros tomábamos fotos. Me di cuenta de lo horribles que eran las clases de la maestra, ya que sólo resolvían libros”, comenta Quintero.

La madre de la pequeña de seis años asegura que sólo la inscribió al ciclo 2020-2021 para que no pierda el año, pero que ella y su familia seguirán brindando los aprendizajes esperados en casa.

“Cumplirá con lo que pidan en la escuela pero nosotros en casa seguiremos, como hasta ahora, enseñándole de forma divertida. Ya sabe las tablas, hasta el 4, ya suma y resta con centenas y lee muy fluido. Honestamente creo que si no fuera la única niña entre puros adultos; no tiene primos, ni hay niños de su edad cerca, haríamos solo homeschool con ella, sólo sigue matriculada para que conviva con niños de su edad, obviamente ahorita no por el COVID”, concluye su relato Denisse.

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