Pasa su tiempo entre dar clases en la Universidad de Nueva York, nadar y trabajar en su doctorado. En momentos de ocio ve, en Netflix, series como La casa de Papel y la última temporada de Stranger Things, pero la escritora Marina Perezagua también es capaz de darse cuenta que las cosas en la Gran Manzana no van del todo bien, menos para la comunidad hispana.
La escritora bromea con que por sus comentarios no recibirá la “Green card”, pero se sincera al hablar de la ciudad en la que vivió Donald Trump hasta que tomó la presidencia, en donde ahora también habitan la xenofobia y el racismo.
“Hay miedo, lo ha habido siempre en realidad. Vivo en Nueva York, que dentro de lo que cabe es un estado privilegiado en ese sentido, porque he visto actitudes muy solidarias, pero es verdad que en Long Island, por ejemplo, hay muchísimo racismo, pero de no creer; entonces, el miedo siempre ha existido, yo he ido con un amigo de Bolivia en el coche y si nos para la policía se pone a temblar”, dice, con nerviosismo, a Reporte Índigo.
Debido a las políticas impulsadas por Donald Trump, Marina Perezagua comenta que algunas de sus amistades se han sentido vulneradas, incluso, aunque lleven años radicando en el país que pugna ser “la tierra de los libres”.
Con Trump desde luego hay miedo. Yo tenía muchos amigos que estaban en situación ilegal, no de haber pasado la frontera andando, pero sí de haber llegado en avión y se habían quedado y ya estaban ‘fuera de estatus’, que así se le llama, y viven con permanente miedo, porque ahora en la licencia de conducir ponen ‘pedir visado’ y obviamente no lo tienen, y a lo mejor llevan ahí 20 años, es ridículo, ¡hasta pagando impuestos!
Aunque actualmente se vive la polémica de si al presidente se le pueda llevar a juicio por las diferentes controversias que se le adjudican, Marina Perezagua cree que el apoyo republicano sigue vigente y si se logra el llamado “impeachment”, el poder quedaría en el mismo partido político en las votaciones del 2020.
“Mi idea es que las elecciones las vuelve a ganar él, o como se dice, mismo perro distinto collar, pienso que sí, pero a lo mejor es el miedo que yo tengo que ya me nubla el juicio”, platica la escritora de origen español, de la probable victoria republicana.
Perezagua publica bajo el sello Anagrama Seis formas de morir en Texas, novela que le tomó dos años y medio escribir. En ella describe los manejos turbios en la prisión de Guangzhou, China, donde un hombre es asesinado y sus órganos son traficados, su corazón específicamente va a dar al estado sureño de la Unión Americana.
“Sabía que en muchos países, efectivamente, uno puede vender su riñón, como en India. Lo que me interesaba de China es que es un tráfico estatal, que se propicia gracias al sistema penitenciario, a los hospitales y al Estado, es una conjunción de instituciones que se ponen de acuerdo para alimentar el sistema sanitario a partir de las extracciones de una cantera de personas que ya tienen”, comenta la también ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2016.
Ficción con toque de realidad en la obra de Marina Perezagua
Aunque Perezagua afirma que Seis formas de morir en Texas es una invención de sus letras, ella se adentró a investigar acerca del sistema penitenciario estadounidense, acerca de los reos que habitan el corredor de la muerte y lo irreal de cómo esta nación presume de ser líder en derechos humanos, pero carecen de en verdad cumplir esos estándares.
“Estaba muy interesada en el trato que se le ofrece a los encarcelados en las prisiones en general, desde luego en el corredor, porque las ejecuciones han perdido importancia, no hay un debate y me parecía que en un país donde supuestamente se defienden los derechos humanos fuera esto un poco paradójico, que el conocimiento de todas las torturas que suceden en las cárceles se niega”, argumenta.
Además, respecto al tráfico de órganos en China, ella se adentró al grupo religioso Falun Gong, quienes se manifiestan constantemente en Estados Unidos, peleando por cómo se han encarcelado injustamente a sus practicantes, y que al ser ejecutados, sus cuerpos son utilizados para el mercado negro.
“Hay una institucionalización de los transplantes ilegales, esto permite que suceda en una semana en lugar de tener que esperar dos años. Me compré libros en Amazon, empecé a ver documentales, me puse en contacto con practicantes de Falun Gong y ellos también me ayudaron mucho con documentación”, narra sobre su proceso creativo.
A Marina Perezagua le tomó dos años y medio escribir Seis formas de morir en Texas, publicada por Anagrama
Guantánamo: el tema pendiente
A propósito de la tortura carcelaria que permanece en opacidad en Estados Unidos, Guantánamo comenzó a tener un halo de esperanza bajo el mandato de Barack Obama, al pronunciar que cerraría ese centro de detención; sin embargo, Trump dio vuelta a dicha política, firmando una orden ejecutiva para mantener abierto el reclusorio ubicado en Cuba.
“No se ha dicho nada, antes sí hubo un debate con Guantánamo, pero ese tema se aniquiló y vamos ahora a ver qué pasa con todo lo que está sucediendo. La verdad es que siempre soy optimista, pero no tengo mucha fe en el futuro de Estados Unidos a corto plazo”.
