La vida de Mario Vargas Llosa está llena de sorpresas. Con 83 años, los cuales cumple hoy, el escritor peruano podría hacer una novela de sus propias vivencias, aunque eso posiblemente ya lo ha estado haciendo desde que comenzó su pasión por recalcar la pluma sobre el papel, a los 14 años.
Con un premio Nobel de Literatura bajo el brazo, un Cervantes y un Príncipe de Asturias, por sólo mencionar algunos de los reconocimientos hacia su escritura, ¿qué más podría dejar a la sociedad un novelista como éste?
Para Marlene Diveinz, escritora y periodista, entre las herencias que Vargas Llosa ha dejado en vida es “hacernos entender el Boom Latinoamericano”, un movimiento integrado por nombres como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges. Estos personajes fueron señalados, incluso, como los únicos que podían mover a todo un país con las opiniones que tenían sobre el aspecto político del continente que compartían.
Respecto a esto, Vargas Llosa siempre estuvo involucrado e interesado en la política, principalmente en la de su país natal, Perú. En los años 90, compitió contra Alberto Fujimori para ver quién era merecedor de la silla presidencial, y aunque el escritor terminó perdiendo, el expresidente fue señalado años después por actos de corrupción.
Para la también miembro del Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México, la mayor lección de Vargas Llosa es su franqueza, ya que el peruano no tiene pudor en decir y aceptar conocimientos de causa, aunque le falta la comprensión de culturas y territorios, como cuando vino a México en los años 80 y dijo que el país era una dictadura perfecta, o la reciente carta que le contestó a Andrés Manuel López Obrador.
La licenciada en periodismo y profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Celia Rodríguez, comenta que Mario tiene una trayectoria bastante amplia, porque no solamente ha hecho novela, cuento y ensayo, sino también artículos periodísticos.
Además, en cuanto a la lengua y el lenguaje, ha contribuido en plasmar sus obras de una manera tan pulcra y tan cerca de la expresión misma.
Rodríguez sugiere, de los libros de Vargas Llosa La Fiesta del Chivo (2000), en el cual habla desde su postura política; La tía Julia y el escribidor (1977), publicación que tiene más que ver con su vida privada; y Pantaleón y las visitadores (1973), sobre un capitán del ejército peruano. Además, recomienda su amplio repertorio de ensayos.