El verano está a pocos días de llegar, pero sus características temperaturas tienen más de un mes en pleno apogeo. Por lo que es muy común que algunas personas opten por rapar a sus mascotas, con el fin de que no sufran por el intenso calor.
Sin embargo, aunque el ser humano podrá estar “asándose”, el perro o el gato no sienten el calor por la piel como sucede con las personas. Los perros, por ejemplo, regulan el calor por la nariz, la boca –mediante el jadeo y la respiración– y por las glándulas sudoríparas de las almohadillas en las patas.
Ese pelo que el dueño quiere eliminar por completo es el que lo cubre y protege, especialmente en la época de verano. Ya que sin el pelaje, la mascota está expuesta a un golpe de calor y a no poder regular la temperatura.
Y es que tampoco se trata de traerlos “como trapeadores” durante la temporada de calor, la clave está en cortarles el pelo –sin raparlo– para que estén cómodos, pero protegidos.
Esto debido a que las razas de mucho pelo pueden tener problemas de aireación en verano y los nudos pueden impedir que circule el aire, de acuerdo a la Universidad de Texas.
Los expertos de dicha institución también recalcaron la importancia del cepillado diario, para las razas que tienen el pelo largo.
Los especialistas estadounidenses recomiendan que en lugar de rasurar por completo a la mascota, se puede utilizar la técnica conocida como stripping, con la que se arranca el pelo muerto (no se corta), para así favorecer al manto piloso canino, sin afectar el pelo nuevo.
Así que mejor cepíllalo con cariño y procura que tenga el corte adecuado para evitar que se le enrede el pelaje. El higiene y aseo también son importantes para que las mascotas estén cómodas en el verano.
Consecuencias de ‘pelarlos’
>> Aumenta el riesgo de que sufran un golpe de calor
>> Se exponen a quemaduras en la piel y a las picaduras de mosquito (que les transmiten enfermedades)
>> Proclives a ronchas y la alteración del color y la textura de la piel
>> Dificultad para la regulación térmica