‘Yo no me llamo María’
Entrevistamos a los activistas de YOSOYOHO, la empresa de Querétaro que sensibiliza a los mexicanos sobre la discriminación que sufren las mujeres indígenas, combatir el acoso y rescatar la lengua otomí hñáñhö, por medio de juguetes populares y un cortometraje
Azaneth Cruz[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_4x3zugw5″ responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /]
A través de la muñeca Xahni, del cortometraje “Marías” y de la exposición de arte realizada para la venta hecha por manos mexicanas, la empresa queretana YOSOYOHO lucha por la preservación del otomí hñáñhö, contra la discriminación de las mujeres indígenas y contra la explotación a los artesanos.
Al ver reducidas las oportunidades laborales, el antropólogo de profesión Román Sauza decidió emprender un negocio con el cual pudiera ser su propia fuente y generador de empleos, además de poder realizar un cambio en la sociedad que pugnara por el respeto a las comunidades indígenas y su trabajo artesanal.
El primer contacto con la cultura otomí hñáñhö para Sauza fue cuando se encontró trabajando con una de las comunidades indígenas de Querétaro y junto con un grupo de investigadores creó el primer hospital mixto en ese estado.
Desde ese tiempo, el antropólogo se dio cuenta de diversos fenómenos que arremetían a la comunidad otomí, como la pérdida de su lengua materna, el abuso al trabajo de los artesanos y la discriminación a las mujeres de esa comunidad.
“YOSOYOHO es una marca impulsada por cuatro jóvenes queretanos que se dedican al rediseño, fabricación y distribución de juguetes populares mexicanos.
La marca comenzó por diversas razones, una de ellas es porque queríamos ser generadores de nuestros propios empleos, y la segunda y más importante, porque al trabajar con y para las culturas indígenas decidimos que nos queríamos dedicar al rediseño de juguetes que tuvieran sentido comunitario o de pertenencia social y fue entonces como surgió Xahni, una muñeca hecha para niños que habla en otomí hñáñhö y traduce al español.
En otomí hñáñhö, Xahni significa transmitir conocimiento”, explica Román Sauza, fundador de YOSOYOHO.
Xahni, el juguete con que se fundó la empresa queretana YOSOYOHO, es considerada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) como una muñeca bilingüe que incentiva el rescate del idioma otomí en el estado de Querétaro, además de tener en su interior, un dispositivo que recargable que traduce al español las frases en otomí hñáñhö.
“Con esta muñequita lo que queremos es revitalizar el otomí para que no se convierta en una de las lenguas muertas de México, pero que sea jugando”, expone Sauza.
YOSOYOHO pasó pronto de ser un colectivo a ser una marca registrada y posteriormente se convirtió en una sociedad, “pero no lo hicieron solos”, indica el fundador.
Pronto comenzaron a trabajar con “Hecho a mano y más”, donde surgió la idea de realizar una colección de tres personajes ilustres para México y el mundo del cual surgió un Emiliano Zapata, un Che Guevara y una muñeca alusiva a la pintora mexicana Frida Kahlo.
Para que este proyecto cumpliera con uno de sus propósitos, se trabaja de la mano de tres familias artesanas del estado a quienes dan trabajo a través del modelo del “comercio justo”.
“Para crear proyectos que se destaquen, hay que escuchar a las comunidades y brindarles constante capacitación… Nos falta acercarnos a las comunidades indígenas y nos falta entender su lógica comercial”, dice.
‘Marías’
La labor a través de los años de YOSOYOHO no terminó con el apoyo y la venta de arte y juguetes mexicanos, pues de las inquietudes de mostrar la problemática de las mujeres indígenas de ese estado, y seguro de otros más, nació el cortometraje “Marías”.
“‘Marías’ surge a partir de una experiencia de campo, trabajando hace algunos años en un centro de salud, era recurrente escuchar hablar sobre casos de violencia obstétrica, discriminación y racismo… Tenía una base de datos, en ella iba registrando todos estos hechos a la par de que nos encargamos de adaptar el guión y buscar a las personas que quisieran participar.
El guión, también lo fuimos construyendo a partir del relato de una mujer tzolzil, de la base de datos y de notas periodísticas donde me daba cuenta que a las mujeres indígenas les pasa esto de la triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre”, comenta Román Sauza.
La historia de la mujer tzolzil impresionó a Román y a todo el equipo, ya que cuando estaban grabando se dieron cuenta de que era lo que otras mujeres de la comunidad estaban sufriendo también, entonces, tras unificar un discurso quisieron reflejar las historia que muchas mujeres sufrían a diario dentro y fuera de su comunidad.
“Marías” retrata la historia de una joven llamada Valentina, quien fue discriminada desde pequeña por su cultura, por ser mujer y por sus carencias, intentando demostrar con su relato cómo son estereotipadas las mujeres indígenas mexicanas y la forma cruel en que son discriminadas de las escuelas, los hospitales, los empleos y las ciudades.
“Pensé que ‘Marías’ tenía que ser una reflexión inicial, pero determinar el título no fue fácil. Sabía que existían personas que se podían molestar, pero la intención del cortometraje es justo la de desvanecer los estereotipos…
Nos cuesta trabajo aprender a comprender la diferencia, por eso, a través ‘Marías’ y de los juguetes queremos que la gente y los niños cambien y entiendan eso”, comenta el fundador de YOSOYOHO.
Para Melissa H. Granados, una de las productoras del cortometraje, haber realizado este proyecto significa exponer de forma real, una de las muchas formas en que se presenta la discriminación hacia las mujeres indígenas de todo el país.
“‘Marías’ cuenta la historia de Valentina una mujer indígena que sufre la triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre… Este corto cuenta la situación real de muchas mujeres en México sin disfrazarla de ‘rosa pastel’”, explica Granados, productora.
Delfina López, Valentina en el cortometraje “Marías”, es una joven de 25 años de edad que ha sufrido la misma discriminación que su personaje, a la cual se ha sobrepuesto para llevar grandes mensajes a las mujeres de las diversas comunidades.
“Me gustó participar en el cortometraje porque fue situado en una situación real de lo que viven muchas mujeres indígenas.
En la escuela decían: ¡no le hables, mira su vestimenta!, incluso, he sido discriminada por las mismas personas de mi comunidad, quienes se comportan así porque no quieren ser humillados.
Me gusta mucho ayudar a la gente de mi comunidad, por eso para mi es muy importante dar a conocer mi cultura”, expone Delfina López Luna, protagonista del cortometraje.
Murales dan voz a ‘Marías’
La fuerza del cortometraje no quedó estancada en el discurso de “Marías”, para levantar aún más la voz se realizaron murales inspirados en el trabajo de Delfina López, Laura Arciga, Melissa H. Granados, Yolanda Alonso, Margarita Sánchez, Ricardo Torrentera, Román Sauza y los testimonios de Macedonia Blas Flores, Aurora Martínez Francisco y Eugenia Hipólito Pablo.
Los murales exhibidos en el Centro Educativo Manuel Gómez Morín de Querétaro, fueron realizados por la joven artista plástica, Malu Olguín.
“Desde que inicie a colaborar con YOSOYOHO todo trató sobre la cultura mexicana y los temas indígenas. Los murales que pinté, hablan sobre el enorgullecimiento indígena y la dignificación de la mujer y de los jóvenes para alzar la voz contra la discriminación”, explica Malu Olguín.
Egresada de Artes Plásticas, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Olguín nunca se imaginó formar parte del arte urbano como una lucha contra los estereotipos.
“‘Marías’ nos presenta la situación real de las mujeres indígenas, por lo que formar parte del cortometraje desde el muralismo, me deja un enriquecimiento enorme.