Stephen Hawking, uno de los físicos e investigadores más importantes en la historia de la humanidad, falleció este martes a los 76 años de edad, informó la vocera de la familia, aunque no precisó las causas del deceso.
Hawking pasó a la historia de la ciencia por haber explicado el origen del Universo sin la necesidad de un dios, pues el big bang habría sido la consecuencia inevitable de la leyes de la física.
El trabajo del científico fue clave para el estudio de los agujeros negros y la relatividad, así como de la idea del multiverso.
Hawking padecía esclerosis lateral amiotrófica desde los 21 años de edad, lo que progresivamente lo dejó sin movilidad en la mayor parte del cuerpo.
En aquel momento, los médicos calcularon que viviría dos o tres años más, sin embargo, el científico tuvo una prolífica carrera durante más de cinco décadas.
El físico, quien nació el 8 de enero de 1942 en Oxford, también se desempeñó como una de los divulgadores científicos más importantes.
Hawking se movía gracias a una silla de ruedas especial y se comunicaba con el mundo mediante un sofisticado sistema de codificación.
Como uno de los sucesores de Isaac Newton como Profesor Lucasiano de Matemáticas en la Universidad de Cambridge, Hawking estuvo involucrado en la búsqueda del gran objetivo de la física — una “teoría unificada”.
Dicha teoría resolvería las contradicciones entre la Teoría General de la Relatividad de Einstein, que describe las leyes de gravedad que gobiernan el movimiento de los grandes objetos, como los planetas, y la Teoría de Mecánica Cuántica, que trata con el mundo de las partículas subatómicas.
Para Hawking, esa búsqueda fue casi como una misión religiosa — dijo que encontrar una “teoría del todo” le permitiría a la humanidad “conocer la mente de Dios”.
Sin embargo, en sus últimos años insinuó que podría no existir una teoría unificada.