La educación es la base del progreso de cualquier país. Inclusive problemas y situaciones económicas y de seguridad se podrían resolver o revertir con el tiempo, si se implementan modelos educativos y si se aumenta el nivel educativo en lugares como México.
En alguna ocasión, Manuel Gil Antón, investigador del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México (Colmex), dijo que el sistema educativo de nuestro país “es como un autobús con un motor dañado que está en un camino cuesta arriba, lleno de baches y, de repente, un grupo de personas dicen que la solución para que vaya más rápido es capacitar a los choferes”.
Y aunque tiene razón, algunas instalaciones son deplorables, los maestros no pasan las pruebas de evaluación y la inseguridad se ha convertido en un acompañante de los niños y adolescentes y comunidades rurales del país.
Además, de acuerdo a la organización no gubernamental Mexicanos Primero, el 59 por ciento de los niños no asiste a centros educativos, sino a guarderías. Tres de cada 10 escuelas no tienen biblioteca y nueve de cada 10 no cuenta con un laboratorio.
Hasta el 2013, el 20 por ciento de las escuelas de México se encontraba en necesidad urgente de mantenimiento y reparación, según la ONG mencionada.
Las becas y los recursos destinados a la educación en México no se utilizan para el aprendizaje de los pequeños, ya que el sistema educativo ha resultado ineficaz, inseguro y poco equitativo.
Así que la comparación que hizo el investigador Manuel Gil Antón del autobús no está muy alejada de la realidad. Y los resultados de 416 puntos en ciencias, matemáticas y lectura en el Informe del Programa
Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (que sitúa a México muy por debajo del promedio de los 34 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)), hablan de que México sigue en “necesidad urgente” de reparar su sistema educativo.
Irónicamente sí se requiere de inversión y cooperación, pero la solución no sólo radica en tener mármol en las aulas de las escuelas públicas, sino en imitar los modelos y estrategias educativas de países con alto nivel educativo, como Singapur, Hong Kong, Canadá, Estonia y Finlandia, quienes encabezaron la lista de los países con mejores resultados en ciencias, lectura y matemáticas.
La mejor educación del mundo
Singapur se coronó en el primer puesto de la prueba PISA, mientras México sigue sin poner atención y sin levantar la mano para aprender de otros países y sus modelos educativos.
¿Qué hacen naciones como Singapur? Muy sencillo. En 2008, por ejemplo, el gobierno de Singapur introdujo dos nuevas medidas para mejorar la calidad de la educación en edad preescolar, para ello aumentaron los mínimos en la calificación académica para los maestros de ese nivel. E implementaron una evaluación para asegurar la calidad y la acreditación en centros escolares.
A su vez, en primaria y otros grados académicos se les otorga la oportunidad de investigar y desarrollar nuevas formas de pensamiento para resolver problemas, con un sistema educativo flexible y diverso, dependiendo de las habilidades y las asignaturas. Así, el alumno elige formas de aprendizaje para satisfacer sus intereses, según sus aptitudes.
Por si fuera poco, el Ministerio de Educación creó un sistema estándar de evaluación de la calidad que se aplica tanto a instituciones públicas como privadas.
Las escuelas están completamente comprometidas en que los estudiantes lleguen descubrir su propio talento y puedan avanzar a la etapa laboral con confianza y aptitudes bien desarrolladas.
Maestros mal pagados
De los múltiples factores y problemas que influyen para que México tenga un sistema educativo ineficaz están los bajos sueldos –y la pobre preparación– que tienen los maestros.
De acuerdo a la OCDE (hasta 2014), un maestro de primaria en el país gana alrededor de 15 mil dólares
(dls) al año. Para hacerse una idea, en Italia ganan 30 mil dls, en Portugal 35 mil dls, en Estados Unidos alrededor de 42 mil dls y en Luxemburgo más de 60 mil dls.
Talento de exportación
Otro problema en México es la exportación de “cerebros”. La República Mexicana se encuentra en el
séptimo lugar del mundo en la lista de países con talentos “en fuga”, de acuerdo a datos de la OCDE.
Y según la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), 11 mil mexicanos que viven en Estados Unidos cuentan con un doctorado.
Mientras en casa las escuelas no tienen bibliotecas, de los 11.2 millones de mexicanos que vivían en el extranjero, alrededor de 900 mil terminaron sus estudios profesionales y de posgrado, hasta 2011.