¿A qué suena México en vivo? Es difícil responder esto, pero creo que hay dos discos básicos para quienes quieran experimentar algunos de los conciertos más épicos en la historia musical mexicana de los últimos treinta años.
Si a mi me pagaran por enseñarle cultura pop mexicana a extranjeros, estos serían los primeros dos discos en vivo que recomendaría.
Primero sería “Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes”. El concierto de 1990 en el más grande recinto de la ciudad de México, prueba lo que ya sabían quienes ya lo habían visto en palenques o en el ya extinto “El Patio”: que Juan Gabriel es el mejor frontman de la música nacional. Lo siento León Larregui, Rubén Albarrán, Fher, Saúl…
La Orquesta Sinfónica Nacional es el acompañamiento ideal para hacer aún más intensas las canciones de Juanga, en especial el popurrí de “Querida” y “La diferencia”.
Un disco tan dorado como los brocados en la chaqueta del Divo de Juárez.
El otro tendría que ser “Un mexicano en la México” de Vicente Fernández. El concierto fue un lleno total en la tarde del 15 de septiembre de 1984 con un Vicente más platicador que de costumbre.
Lo mismo invitaba a los asistentes a acompañar al “Señor Presidente” al grito en el Zócalo después del concierto, que dedicaba canciones a todos los que “andan arrastrando el gabán” por una mujer.
El disco debe ser escuchado tan solo por la explicación que hace a mitad de “Que te vaya bonito” sobre los dos tipos de mujeres que existen.
El recorrido por todos lo grandes éxitos del cantante, quien está hoy a mitad de su gira de despedida, es un recordatorio de que la música de mariachi es como México: ruidosa, intensa y llena de fiesta.
Son buenos discos para dar el grito. Seguro que por tener canciones como esta luchó Miguel Hidalgo.