Frustración: motor ante la crisis
La frustración mal enfocada puede derivar en trastornos emocionales en las personas. En México, alrededor de 10 millones de individuos sufren depresión, de los cuales, al menos una quinta parte desarrolla etapas crónicas de la enfermedad mental, que si no se trata puede derivar en actos de autodestrucción, adicciones y hasta suicidio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fabiola Zurita
La frustración mal enfocada puede derivar en trastornos emocionales en las personas. En México, alrededor de 10 millones de individuos sufren depresión, de los cuales, al menos una quinta parte desarrolla etapas crónicas de la enfermedad mental, que si no se trata puede derivar en actos de autodestrucción, adicciones y hasta suicidio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y ante la falta de dinero para solventar los gastos del hogar, así como el recién aumento de los productos de la canasta básica por el gasolinazo y la volatilidad del dólar es más complicado el manejo de la frustración por la falta de dinero, según la doctora Paola Hamui Amkie, psicoanalista de la Fundación APTA, quien destaca que “la frustración no es en sí una emoción o sentimiento negativo, sino un motor que nos ayuda a salir de los momentos o situaciones criticas a las que nos enfrentamos, todo depende de cómo cada individuo canaliza sus frustraciones”.
“El manejo de las emociones en tiempos de crisis es de vital importancia para la salud y estabilidad emocional no sólo de la propia persona, sino de todos lo miembros del hogar”, explica la psicoanalista en entrevista para Reporte Indigo.
La frustración mal enfocada, aunada a otros problemas, puede desencadenar reacciones de ira o violencia, tanto verbal como física, así como miedo, ansiedad o depresión, y de esta última terminar en tragedias al considerar que no existe salida a los problemas cotidianos. México ocupa los primeros puestos a nivel mundial en torno a violencia social, de género y maltrato infantil, de acuerdo al último informe de la UNICEF y estadísticas del INEGI.
Por cuestiones de dinero
En el caso específico de los problemas económicos que enfrentan las familias mexicanas en la actualidad, la doctora Hamui refiere que hay cosas que están en nuestras manos y ante estas sí podemos actuar. Y lo mejor que podemos hacer es adaptarnos a la situación para poder visualizar una salida.
“Las cuestiones globales realmente no están en nuestras manos, pero en México, lo que vivimos es muy específico y es necesario encontrar la forma de actuar para ver la puerta”, reafirma la doctora Hamui.
“Cuando la situación no la podemos cambiar lo que debemos hacer es modificar nuestra forma de ver las cosas. La actitud ante la situacion definirá nuestros pasos a seguir, si por ejemplo, se trata de que el gasto familiar no alcanza y más porque generalmente en esta época del año estamos todos muy gastados hay que movilizarse, para eso nos sirve la frustración”.
En palabras de la psicoanalista, la frustración es un sentimiento que aparece cuando no logramos conseguir algo que queremos y los sentimientos con lo que ésta viene acompañada son ansiedad, desesperación y estrés, entre otros.
Existen dos tipos de éste sentimiento, la frustración positiva que nos ayuda a movilizarnos, a buscar opciones, a no quedarnos estancados, a buscar lo que deseamos y en contraparte, está la negativa, aquella que nos paraliza, nos impide seguir, nos lleva a la desesperanza, a las sensaciones de “sin salida”, depresión y otros trastornos emocionales.
En el caso específico de la frustración por falta de dinero Hamui reafirma su postura de que podemos manejar a ésta como un motor que nos impulse, para no quedarnos atorados en la desesperanza, ya que eso no nos llevará a ningún lado. Si lo que necesitamos es una mejor condición económica es necesario visualizar las prioridades, dejar de hacer cosas como comer fuera de casa, preparar los alimentos, encontrar la forma de ahorrar y estabilizar la economía del hogar.
No a las tarjetas de crédito
Una de las cosas que recalca la experta es que hay que buscar la forma de organizar el dinero y olvidarnos de las tarjetas de crédito. Recomienda no usarlas porque, a su parecer, estas sacan a las personas de un apuro momentáneo pero la frustración se hace presente a la hora de pagar los intereses y a la larga, el problema se vuelve más grande.
“Es importante hacer una lista de los gastos que uno tiene que hacer, organizarse y organizarlos. Si es necesario buscar un trabajo extra, hacer algo productivo con el tiempo libre, encontrar la forma de tener nuevos ingresos aunque ello implique perder un poco del tiempo libre que se tiene. Por lo menos habrá más tranquilidad en las cuestiones monetarias”, afirma.
“La falta de dinero cada vez es mayor, no podemos quedarnos con echarle la culpa a la situación tenemos que pensar en el problema y ver cómo afrontarlo”, puntualiza.
Para no pasar malos ratos
>> Verificar si es frustración pura lo que se está sintiendo ante una situación
>> En la cuestión económica es importante saber cómo manejamos el dinero
>>Organizar nuestras prioridades y gastos más apremiantes
>>Adaptarse lo más pronto posible reducirá el estrés
>>Cambiar la actitud frente a las adversidades para ver con más claridad las soluciones
La frustración es una alarma y nos moviliza, en caso de no ser así es porque existe otra cuestión, como la depresión y hay que buscar ayuda.
Las malas señales
Cuando la frustración es negativa existen signos que pueden ayudarte a detectarla como:
>> Una persona se paraliza y no busca una salida, como por ejemplo un trabajo
>> Surge la depresión y la negatividad
>> Sentimientos de desánimo y desesperanza
>> Sobreviene la tristeza y aunque tenga oportunidades no las detecta
>> Aparecen los sentimientos de “sin salida”, “nada tiene sentido”, de derrota
“En realidad no es la situación que se vive, sino la manera en que la persona está percibiéndola”, afirma la experta.
Es acumulable
>> La frustración en la mayoría de los casos tiende a ser acumulativa, por lo tanto una serie de situaciones frustrantes de muy pequeña importancia pueden llegar a desbalancear la vida de una persona y que esta se llegue a sentir frustrada, aún cuando cada una de éstas, individualmente, no le causarían frustración en absoluto.