Cuando un chico llamado Michael Jackson reclamó su trono
Estamos ante el chico de 25 años desafiando al mundo de la música para reclamar el derecho a convertirse en el Rey del Pop
Indigo StaffUn chico negro que en ese entonces tenía 25 años, delgado y espigado, con chaqueta negra de lentejuelas, sombrero negro y guante blanco en una sola mano, sube al escenario del Pasadena Civic Auditorium para cantar “Billie Jean no es mi amante, sólo es una chica que dice que soy el único, pero el niño no es mi hijo…”.
El 16 de mayo de 1983 es un ante y después para la música cuando la NBC transmite el show que se organizó para celebrar el 25 aniversario de la Motown, el legendario sello discográfico de música negra. Ese día Michael Joseph Jackson dejó de ser el joven prodigio y comenzó su ascenso para convertirse en la estrella más grande que ha tenido la música pop en su historia.
La coreografía que ejecuta en el escenario el chico de Indiana es electrizante. Su cuerpo se contorsiona, sus movimientos retan a la vista y a la flexibilidad humana. A nadie le importa que haga playback. El público que lo observa en vivo se entrega al ídolo juvenil junto con los millones de espectadores que lo verán días después en la televisión.
Estamos ante un momento único en la historia de la música. Irrepetible. Épico.
En el minuto 3:38 del video que está publicado en YouTube de la gala de Motown Records, casi al final de “Billie Jean”, su obra maestra, Michael Jackson comienza a deslizarse para atrás con sus pies pero con un movimiento que parece que está caminando para adelante. Las chicas gritan excitadas. Son sólo 3 quizás 4 segundos, pero ese instante, la primera vez que Michael Jackson ejecuta en un escenario el“Moonwalk”, el paso de baile más famoso del mundo, es un momento que trascenderá hasta el mismo cantante.
Estamos ante el chico de 25 años desafiando al mundo de la música para reclamar el derecho a convertirse en el Rey del Pop.
Después de ese día ya nada será igual para Michael Jackson ni para el pop.
El estrellato que alcanzó Michael Jackson quizás solo es comparable a la popularidad y fama que tuvo en su momento otro rey, Elvis Presley. Sin duda fue el más grande entre los grandes. Pero como Ícaro, voló tan alto que sus alas se quemaron por el sol y murió ahogado en el mar.
La música no tuvo y probablemente no tendrá una superestrella que haya llegado tan alto y que luego haya caído hasta el fondo con las denuncias que realizaron en su contra niños por abusos sexuales.