Óscar es un niño que era feliz en su país, iba a la escuela y pertenecía a una familia, pero todo cambió cuando la organización criminal Mara Salvatrucha fue tras los más jóvenes de su comunidad y lo orilló a unirse al crimen, porque de no hacerlo, lo matarían.
Al menos, eso es lo que el pequeño testifica ante una corte estadounidense para explicar por qué decidió dejar atrás Honduras y entrar como ilegal a la Unión Americana. Óscar fue a buscar una mejor vida que su nación no le ofreció, pero ahora peligra, ya que puede ser deportado.
Lo anterior es ficción, pero bien podría ser la historia de cualquiera de los miles de menores de edad latinoamericanos que huyen de su país; es la historia de Icebox, ópera prima de Daniel Sawka, que en 2016 hizo un cortometraje homónimo del que ahora pudo desarrollar en película.
Anthony González interpreta el papel de Óscar, que a diferencia de su protagónico en Coco (2017), donde hacía a Miguel, ahora es un chico trastornado por la violencia.
“Tuve la oportunidad de representar a todos esos niños que vienen de Centroamérica y de otros lugares y que tratan de llegar a EU. Estoy muy orgulloso de hacer este personaje, creo que le abrirá los ojos a mucha gente que no sabe que los niños pasan por esto”, dice González.
Icebox fue adquirida por HBO después de que tuviera su estreno en el Festival Internacional de Toronto. Será transmitida por el canal de paga en Latinoamérica a partir del 15 de diciembre.
El infierno helado
Cuando el menor de edad hondureño inició su viaje, la meta era llegar a Arizona, donde se encontraría con su tío Manuel, pero antes de eso, fue capturado por la Border Patrol y lo pusieron en la congeladora (Icebox, en inglés), ese lugar de detención en el que los despojan de sus pertenencias a los migrantes y los mantienen cautivos.
“La idea de ver esto desde la perspectiva de un niño, de alguna manera me cimbró en esta discusión, porque la esperanza de todo esto es que tengamos un entendimiento común de que los infantes deben ser protegidos y ver su vulnerabilidad en esta situación”, reitera el cineasta.
Aunque no tuvo acercamiento con personas “sin papeles”, el joven actor se apegó a las anécdotas que le contó Sawka, quien hizo una profunda investigación para hacer tanto el cortometraje como el filme.
“El director me platicó de sus experiencias y me dijo qué tenía que saber para hacer este personaje y también tuve a unas personas ahí, en el set, que me estaban contando de esto, que me estaban ayudando. Además de un entrenador para el acento de Honduras”, platica González.
Garantías reales a futuro
El director está comprometido con la problemática de migración que se ha agravado con la administración de Donald Trump; Icebox lo único que hace es exponer una verdad que es ignorada por miles de estadounidenses que no están conscientes del trato que se les da a los indocumentados.
“Se abren preguntas interesantes acerca de cómo se construye una democracia, si existe espacio en el sistema para tratar a los niños como niños y garantizarles una niñez segura, eso es algo que creo y que todos concordamos en que, se supone, debería estar pasando; espero que la película explore cómo el sistema se ve corto en algunos casos haciendo eso”, enfatiza Sawka.
Cuando un menor de edad se ve obligado a renunciar a su hogar, no lo hace pensando en las políticas y problemáticas de Estados Unidos, ellos sólo están motivados por su seguridad, esto es lo que argumenta el realizador con Icebox.
“¿Cómo debemos de tratar a las personas que están en esta necesidad de ayuda y que tienen legítimas razones y que necesitan llegar a un nuevo país? Creo que esta pregunta es el corazón de todo, obviamente es un clima difícil para tener ahora esta discusión, porque una línea ha sido marcada”, precisa el cineasta del ambiente político del presidente republicano.
Abogar por los latinos
González habla un natural español debido a que sus padres son de origen guatemalteco. Ve cómo Los Ángeles es una ciudad conquistada por hispanoparlantes y aunque él no ha sufrido discriminación, sí piensa en todas las personas que se van a sentir visibles a raíz de este largometraje.
“Este trabajo que empezó hace unos cuatro años, y ahora que se está viendo en las noticias que está pasando en la caravana (migrante), pienso que la película de Icebox va a dar ese mensaje más grande y más gente se va a dar cuenta de lo que está pasando”, comenta el joven de 14 años.
Respecto a los tiempos difíciles que se atraviesan actualmente para los indocumentados en Estados Unidos, González tiene la confianza de que el filme ayude a que el tema legislativo sea favorable para las personas migrantes.
“Ojalá que se cambien las cosas, porque para los niños es difícil estar separados de su familia, no sé cómo gente puede estar bien con eso (…) esa fue una de las cosas difíciles para mí, para poder hacer este personaje, porque no sabía cómo se sentiría este niño sin su familia, sin el apoyo”, finaliza el actor.