Miguel Ángel de Quevedo: el mexicano que quería pintar de verde al país

El Ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, “El Apóstol del Árbol”, dejó grandes aportaciones al sector forestal de México, como la fundación de la Sociedad Forestal Mexicana y la primera Ley Forestal del país
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El Ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, “El Apóstol del Árbol”, dejó grandes aportaciones al sector forestal de México, como la fundación de la Sociedad Forestal Mexicana y la primera Ley Forestal del país.

Quevedo nació el 27 de septiembre de 1862 en Guadalajara, Jalisco, en medio de una familia acomodada. Sin embargo, quedó huérfano muy pequeño y se fue a vivir con su tío canónigo a Bayonne, en Francia.

La escuela donde Quevedo estudió en el país galo estaba frente a Los Pirineos. De acuerdo con algunos relatos, la belleza del lugar y el interés de algunos de sus profesores de combinar el aula con visitas de campo le provocaron el interés por lo forestal.

Más tarde estudió en la Universidad de Burdeos, donde recibió el grado de bachiller en Ciencias en 1883, y volvió a México.

Una vez en el país, se convirtió en jefe de Departamento Forestal de la Secretaría de Agricultura. No obstante, Quevedo “se enfrentó a la indiferencia de los servidores públicos en los temas ambientales con recortes presupuestales y nulo apoyo para sus proyectos ecológicos”, detalla la Comisión Nacional Forestal.

Según esta dependencia, el ingeniero tuvo que gestionar sus proyectos con el entonces presidente Porfirio Díaz.

Entre sus logros se encuentra la propuesta para la construcción del “Gran Canal” (el desagüe del Valle de México), ante la preocupación del tapatío por la sequía de los lagos que rodeaban a la Ciudad de México, que a su vez estaba terminando con la biodiversidad.

Quevedo planto además árboles en las afueras de la ciudad y reforestó algunos cerros, luego de que advirtió la presencia de contaminantes que dañaban la salud pública: “partículas suspendidas”.

“Advirtió que el crecimiento de la capital mexicana y las nulas políticas ecológicas provocarían inundaciones. Sus aportaciones en este tema contribuyeron en gran medida a la disminución de estas afectaciones tan notorias en la primera mitad del siglo XX”, agregó la Comisión.

Alrededor de las estaciones ferroviarias del país, también formó pequeños bosques y fundó la Sociedad Forestal Mexicana.

Tiempo después elaboró la iniciativa de ley con la cual se declaró Reserva Nacional al Pedregal. Asimismo, en 1926, consiguió que el Presidente Plutarco Elías Calles promulgara una ley forestal en México.

Entre sus logros, también se le apuntan el conseguir que el diseñador del Central Park de Nueva York, Frederick Law Olmsted, colaborara en la construcción de 34 parques urbanos en el país.

El apodo de “El Apóstol del Árbol” se debe a “sus grandes aportaciones al sector forestal como la creación de los viveros: para lograrlo, fue capaz de conseguir la donación de los terrenos que fueron en su momento un rancho llamado ‘Panzacola’. De esta manera, fundó así, el primer gran vivero forestal de México sostenido por el gobierno”.

Miguel Ángel de Quevedo Zubieta falleció el 15 de julio de 1946 en la Ciudad de México. En honor al “Apostol del Árbol”, una avenida y una estación del Metro de la Ciudad de México llevan su nombre; en Guadalajara, a una calle que se encuentra frente a una casa que le perteneció y más tarde donó para uso de vivero, le pusieron también su nombre.

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