Muerte cada cuatro segundos
Una réplica del cráneo y otras partes del cuerpo humano producto de una impresora en 3D, avances en la detección, prevención y retroceso de enfermedades como Alzheimer y hasta una posible vacuna contra el virus del VIH son solo algunas pruebas de que el futuro de la medicina ya forma parte del presente.
En la era de la información y la interacción digital, los humanos se regocijan de lograr cambios revolucionarios en la medicina, ciencia e innovación.
María Alesandra Pámaneshttp://www.youtube.com/watch?v=yKuVLSPK-j4
Una réplica del cráneo y otras partes del cuerpo humano producto de una impresora en 3D, avances en la detección, prevención y retroceso de enfermedades como Alzheimer y hasta una posible vacuna contra el virus del VIH son solo algunas pruebas de que el futuro de la medicina ya forma parte del presente.
En la era de la información y la interacción digital, los humanos se regocijan de lograr cambios revolucionarios en la medicina, ciencia e innovación.
De hecho, en este espacio se ha aludido a la “salud 3.0”, la cual comprende desde la terapia génica (tratamiento que consiste en insertar genes funcionales ausentes en el genoma de una persona), consultorios portátiles a través de gadgets, hasta la liberación inteligente de fármacos, gracias a iniciativas de ingeniería biomédica sin precedentes.
Sin embargo, la sinergia entre ciencia y tecnología para el cuidado de la salud no ha alcanzado un nivel tal para prevenir o bien, atender a tiempo una infección séptica (envenenamiento de la sangre por toxinas y/o microorganismos patógenos).
Actualmente, alrededor de 8 millones de personas fallecen cada año –en todo el mundo– a causa de infecciones por sepsis (otro nombre que se le da a septicemia).
Cada día, se presentan casi un millón 400 mil muertes por sepsis en todo el mundo.
Es decir, cada cuatro segundos pierde la vida un paciente a causa de una infección de este tipo.
Y se estima que esta cifra irá en aumento en los próximos años.
Según los expertos, en los últimos 10 años se ha duplicado la cantidad de personas que pierden la vida por sepsis.
“Los pacientes con sepsis no dejan de aumentar”, dijo a El Mundo Francisco Álvarez, quien es presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
Es increíble que la cifra de muertes por septicemia siga en aumento en pleno siglo 21. Este tipo de infección era una de las principales causas de mortalidad en la Edad Media.
Y es que cuando una persona se atiende en un hospital por una infección “X”, está en riesgo de desarrollar sepsis, la cual se produce “como respuesta a una infección que lesiona los tejidos y provoca un fallo agudo de otros órganos que no necesariamente estaban relacionados con la infección original, provocando un shock o fallo multiorgánico”, señaló una publicación en el diario español El Mundo.
En gran medida, los casos de sepsis se dan en pacientes que tuvieron una intervención quirúrgica.
Diabetes, cáncer, meningitis, cirrosis, quemaduras en la piel, golpes fuertes (traumatismo) e infecciones renales son algunas de las enfermedades relacionadas con el riesgo de provocar septicemia. Esto debido a que son enfermedades que alteran los mecanismos de defensa que tiene el sistema inmunológico del cuerpo. Inclusive también afectan las barreras de la piel y la mucosa que protege contra las infecciones, factor que influye en el desarrollo de sepsis.
La clave para disminuir la cifra de muertes por infecciones sépticas radica en que se diagnostique a tiempo y que el hospital la controle y la trate de manera oportuna.
De lo contrario, la persona tendría que entrar a la Unidad de Cuidados Intensivos y su vida peligraría incluso más que por la enfermedad o infección por la que se internó, comentó Álvarez.
Hisataka Shoji, director general del área de Medicina Crítica de Toray Medical, en Japón, coincide en que el diagnóstico adecuado es clave para evitar que se presente un “shock séptico”.
Aunque ya existen medicamentos que se utilizan en tratamientos para atacar los patógenos que infectan la sangre –entre ellos Toraymyxin–, la alta cifra de muertes sigue siendo un motivo de preocupación y alerta a nivel global.
Las estadísticas indican que la septicemia cobra más vida que el cáncer de colon y de mama juntos.
En el caso de los recién nacidos, la alerta también está en el foco de la atención mundial.
Instituciones como el Hospital Infantil de México Federico Gómez, indican que para evitar la septicemia neonatal, por ejemplo, el obstetra debe monitorear e identificar infecciones durante el embarazo, así como evitar –en la medida que sea posible– que se realicen procedimientos invasivos en los bebés. Así como suministrar racionalmente antibióticos de amplio espectro, que no es muy recomendable si se trata de un bebé, quien tiene un sistema inmunológico en desarrollo y con poca fuerza para defender contra patógenos, a diferencia del sistema inmune de un adulto sano.
Factores que ‘causan’ septicemia
Entre los múltiples factores que provocan sepsis en los pacientes están la agresividad con la que se llevan a cabo algunas intervenciones quirúrgicas, que pueden incrementar el tiempo que pasa la persona en el hospital, de acuerdo a Francisco Álvarez. Y que, a su vez, pueden aumentar el riesgo de que se presenten complicaciones infecciosas. La aplicación de sondas y catéteres también “está asociados a infecciones por bacterias”, añadió Álvarez.
Pero el panorama no es del todo desalentador, ya que hay procedimientos concretos para prevenir –y tratar– los casos de septicemia.
Y aunado al fármaco Toraymyxin, también existen iniciativas en todo el mundo. Por ejemplo, en España –con el apoyo de la SEMICYUC y otras entidades y sociedades científicas–, se ha hecho un esfuerzo por mejorar con frecuencia el proyecto Código Sepsis, que consiste en protocolos y reacciones que se pretenden poner en práctica en todos los hospitales del mundo, pues serían de gran ayuda para diagnosticar la septicemia oportunamente, monitorear a la persona infectada y tratarla bajo una estrategia definida.
La septicemia no es un enemigo “trending” actualmente, como lo es el cáncer o los infartos. Pero sí es una amenaza que causa más muertes que los ataques al corazón y diferentes tipos de cáncer.
La prevención y el diagnóstico oportuno pueden hacer la diferencia para disminuir las cifras que siguen aumentando año con año.
Prevención y tratamiento oportuno
El diagnóstico oportuno puede hacer la diferencia para salvar a una persona con septicemia.