La mecánica, la robótica y los campos relacionados a la ciencia y la tecnología están dominados por el hombre. Sobre todo la robótica.
En dicho campo se están logrando grandes hallazgos y creaciones para el futuro, como lo son la implementación de la inteligencia artificial y la realidad virtual. Pero, con la poca o casi nula participación femenina, la robótica está a un paso de la siguiente generación de humanoides.
Esto debido a que la mujer ha logrado que en la robótica se tengan máquinas con una especie de “conciencia social”, lo que ha evolucionado las creaciones para que interactúen mejor con los humanos y se comuniquen con mayor facilidad, a través de gestos y palabras, como dice Carla Diana de Fast Company.
Un ejemplo es Simon, el pequeño humanoide que está en proceso en el Georgia Institute of Technology. Simon forma parte de un proyecto liderado por una mujer, la Dra. Andrea Thomaz, y es una máquina socialmente “consciente”, a diferencia de otras en su tipo.
Suena romántico, pero lo cierto es que el toque femenino sí podría causar una revolución en la robótica, pues se alcanzaría una meta que no se ha logrado en la última década: que el robot “sienta” como el hombre, así como la fusión entre la inteligencia artificial y los seres humanos.