Mujercitas: cuando era mejor que una mujer estuviera muerta que soltera

Querido cinéfilo, esta crítica de ‘Mujercitas’ NO CONTIENE SPOILERS, por lo que si no has visto la película puedes leerla tranquilamente

Un viejo editor regordete, de cachetes como manzanas bien maduras y con barba cual cepillo dental desgastado, le pide a una joven escritora cambiar el final de su historia porque la protagonista no se casa. En la primera escena de Mujercitas (Little women), de la cineasta Greta Gerwig (Lady Bird, 2017), el hombre le dice algo directo a la mujer para callarla: Si la protagonista es mujer procure que esté casada al final de la historia, o muerta, da igual.

Basada en la novela de Mary Louisa May Alcott, quien solía escribir literatura con tintes góticos y eróticos, Mujercitas es la segunda obra de Gerwig en su carrera y ya cuenta con seis nominaciones a los Premios Oscar de la Academia, entre ellos Mejor Película.

¿DE QUÉ VA MUJERCITAS?:

Cuatro hermanas, Amy, Jo, Beth y Meg, atraviesan por contextos e historias diferentes por medio de sus talentos artísticos; y a pesar de ello, su amor e unidad se mantienen firmes en una época en la que ser mujer era igual a ser nada.

LO BUENO DE MUJERCITAS: ARGUMENTO, ELEGANCIA Y ACTUACIONES

Como un marinero desesperado que saca a cubetazos el agua de su barco perforado, en Mujercitas los esfuerzos de las mujeres por sobresalir son casi, por no decir, imposibles. La época establecía que el matrimonio era el único modo de crecimiento, si es que así se le puede llamar a eso, para una mujer.

Ser desposada, entonces, era el fin máximo en la vida de una mujer, por lo que pensar en ganarse el sustento de alguna otra manera era equivalente a pensar en la muerte. Aún más, no estar casada era peor que estar muerta.

En ese sentido, Amy, Jo, Beth y Meg son cuatro rayos de luz en medio de la oscuridad, ya que a través de su hermana mayor son conscientes de lo conformista y deplorable que es tener como meta de vida el matrimonio.

Es Jo March, la mayor, quien, al enfrentarse a los obstáculos de los hombres en el ámbito de la literatura, lidera la revolución de mentalidad en sus hermanas sobre la importancia de tener tanto valor como el que pudiera tener un hombre en el mundo.

El argumento feminista, propiciado en esencia por May Alcott, se mantiene en el largometraje de Gerwig e, incluso, va más allá. Pues si bien la novela seguía un estilo de libro de autosuperación, muy similar a El progreso del peregrino de John Bunyan, la película remarca constantemente el rechazo a la arcaica idea del matrimonio.

Lejos de ser un panfleto, o propaganda, Mujercitas es un elegante filme que adapta de manera fiel el libro de la escritora estadounidense a través de un ritmo continuo en el que las vivencias de las hermanas piden a gritos luchar por la igualdad de género.

A su vez, las actuaciones del elenco, fundamentalmente Saoirse Ronan, Florence Pugh, Emma Watson y Timothée Chalamet, están adaptadas a la época de la historia, por lo que se nota una dirección impecable, lo que sólo siembra dudas en la no nominación de Greta Gerwig.

LO MALO DE MUJERCITAS: HISTORIAS CENTRÍPETAS

Los errores que menoscaban al filme estriban, únicamente, en sus historias cruzadas, mismas que apuntan hacia muchos lados sin tener un objetivo ni fin común. Es como un anecdotario de experiencias alrededor de las hermanas que pretende mostrarnos la intensidad de sus lazos familiares.

Sin embargo, varios de esos momentos están cargados de otros sentidos como el amor romántico, el odio y la nostalgia, por ejemplo, lo que al final se convierte, más bien, en sentimientos apilados uno sobre el otro sin coherencia alguna, lo que resta interés en el público.

Saoirse Ronan in Greta Gerwig’s LITTLE WOMEN.

RECOMENDACIÓN: 4 ESTRELLAS DE 5 (BUENA)

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