Oaxaca es uno de los estados más ricos en cultura de todo el país. Además de su historia, la música que emanan sus comunidades conmueve a todas las personas que la escuchan, sobre todo si es tocada por mujeres originarias, como quienes integran la banda Mujeres del Viento Florido.
Aunque hoy en día esta agrupación cuenta con más de 40 integrantes y es invitada a tocar en otros pueblos y estados, luego de 10 años de carrera, lograr posicionarse en la música tradicional no fue ni ha sido nada sencillo para cada una de ellas.
En comparación de otros lugares, como Ciudad de México, en la comunidad en la que la banda nació, Santa María Tlahuitoltepec, estaba muy mal visto que una mujer pensara siquiera en acercarse a un instrumento musical y tocarlo. Esa sólo era una de las tantas tareas exclusivas para los hombres.
Sin embargo, en los años 80 un pequeño grupo de mujeres decidió dejar de lado los señalamientos y crear un grupo musical. Pero esa alegría no duró mucho. Los prejuicios aumentaron y la banda se desintegró.
Con el tiempo, una de las integrantes de aquella agrupación volvió a intentarlo, se acercó a la música que por tantos años le fue negada a las mujeres. Así nació Mujeres del Viento Florido, en 2006.
“Afortunadamente en mi comunidad y en la región ahora se puede ver mucha más participación de las mujeres en la música, desde niñas hasta adolescentes. Podría decir que gracias a la valentía de diferentes personas logramos demostrar que juntas derribamos obstáculos”, asegura Leticia Gallardo Martínez, la directora a cargo del grupo.
Y aunque la maestra sostiene que en definitiva el cambio social se ha visto muy marcado, aún han tenido que afrontar comentarios en contra de su trabajo arriba de los escenarios, como el que una mujer no puede tocar instrumentos pesados o que no puede salir de la comunidad sin la compañía de su pareja.
En entrevista con Reporte Índigo, Gallardo Martínez platica que en vez de que ese tipo de comentarios desanimen a sus compañeras, con el tiempo las ha hecho más fuertes y mucho más valientes.
“Cuando llegas a escuchar eso de repente te desmoralizas, te desanimas, pero no te rindes. Comprendimos que no estábamos haciendo nada malo, que teníamos el derecho de salir y hacer música. Y no nada más los hombres lo pueden hacer (…) Son esta serie de obstáculos que hemos tenido que afrontar juntas”, dice la maestra.
Para ella, una de las motivaciones más grandes que Mujeres del Viento Florido ha recibido es que más familias de su comunidad se animan todos los días a llevar a sus hijas a clases de música, para después poder participar en la banda.
‘La música es el alimento del alma’
Como sucedió en Santa María Tlahuitoltepec, la presencia de la música en cualquier lugar y momento puede cambiar el pensamiento de las personas para bien.
En ese sentido, Leticia motiva a que haya más talleres musicales en la mayoría de las comunidades del país, para que la gente crezca y se desenvuelva. Si eso no pasa, dice, la gente pierde su lado humano.
La música es el alimento del alma y creo que si no hay eso en nuestras vidas, si no están las artes, empieza a haber problemas, la vida no tendría sentido
Ella, por ejemplo, antes de que se acercara a la industria y comenzara a tocar el clarinete, vivía momentos muy tristes en su vida. Era una mujer insegura y maltratada; sin embargo, gracias al apoyo y al desahogo que halló en el grupo, ahora es alguien completamente diferente.
Leticia comparte que cualquier mujer que se sienta del mismo modo puede hallar en otras personas y en una actividad que le apasione la solución.
“No tenemos que ser perfectas, tenemos errores y mil debilidades, pero lo que nos ha ayudado es platicarlo, comunicarnos. Siempre habrá alguien que nos quiera acompañar. En este caso nosotras lo encontramos a través de la música, del compañerismo”, menciona Leticia.
Este mes, de manera virtual, Mujeres del Viento Florido estrenó su sencillo “Mujeres”, el cual vendrá en su próximo disco doble. En el primero de ellos se podrán hallar composiciones y arreglos musicales de las mujeres integrantes de la banda, esto luego de que se realizó una convocatoria interna para animar a las músicas a escribir e interpretar sus creaciones musicales.
Para cada una de ellas, la creación de este proyecto se logró gracias a sus padres, quienes les ofrecieron alimento para los días de grabación. Asimismo, le agradecen al Centro de Capacitación y Desarrollo de la Cultura Mixe (CECAM), que les dio el espacio para realizar su material discográfico.
